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jueves, 2 de febrero de 2017

Cambio Climático I

DELINGPOLE: Los planes de Cambio Climático de Trump hicieron estallar la cabeza a los periodistas

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Myron Ebell/Facebook
Por JAMES DELINGPOLE Enero 31  del 2017


Acabo de ver como a los periodistas progres (*) les reventaba la cabeza como melones maduros.

Esta es una traducción del divertido artículo de Delingpole que puede leer aquí. Nuevamente, soy una traductora amateur, por lo que pido clemencia y agradeceré toda corrección.
Confieso que de Cambio Climático sé poco y nada y habiendo estado tantos años (12) gobernados por gentes que estaba consustanciada con el lobby petroléro, en nuestro país el tema de las energías alternativas prosperó poco y nada. Es más, Argentina es uno de los principales exportadores de biodisel y materia prima para biodisel del mundo, lo que fue severamente perseguido por los K.
Éste, entonces, es el primero de otros post sobre la Estafa del Cambio Climático.
Disfruten el sentido del humor de Delingpole.


Fue genial - un poco como aquél video de No Pressure  que los lunáticos ecologistas hicieron hace algunos años, sólo que mejor porque esta vez las víctimas no eran unos inocentes niños de escuela sino espeluznantes, inflados, ecovirtuosos,anti Trum y anti Brexit Corresponsales Ecologistas de la televisión y los diarios, todos los cuales me odian a morir. (También los odian a ustedes, así que no se hagan los presumidos).

La ocasión fue una conferencia de prensa llevada a cabo por la Fundación Global Warming Policy (Políticas para el calentamiento global) para que exponga Myro Ebell, jefe del equipo de transición de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente del Gobierno de Trump, así prefieren verlo los progres.
Ebell vino a contarles sobre los planes de Trump para medio ambiente y energía, los cuales no voy a repetir aquí porque ustedes ya los conocen. (Va a ser bello, es todo lo que ustedes necesitan recordar).
No, la razón por la que fui no era escuchar lo que Ebell tenía que decir sino mirar cómo reaccionaba su audiencia.
¿Ustedes conocen la escena de La Profecía (The Omen) cuando los padres de Damien tratan de llevarlo a la iglesia? Fue un poco así. O tal vez un poco como El Exorcista, cuando la cabeza de Regan da una vuelta de 360 grados.
Lo odiaron. (Especialmente la parte donde Ebel les cuenta que Trump definitivamente va a retirar a los Estados Unidos del Tratado de Cambio Climático de París) (**). No podían creer lo que estaban escuchando. Hacían pucheritos con los labios. Emitían sus preguntas con el más agrio desdén. Pero ellos realmente no sintonizaron con las respuestas pausadas, medidas, emitidas en voz suave y con tono sedoso por Ebell, porque, ¡demonios!, ellos sabían que lo que él estaba diciendo simplemente tenía que estar mal y ellos de todas maneras, realmente, no entendían lo que él quería decir.
El reportero que marcó el tono - y si por ninguna otra cosa, uno debe admirar su honestidad -  fue uno de Canal 4 de Noticias, quien le dijo a Ebell: “¿Se le ocurre a usted que esta sala está llena de personas como yo que consideran que nada de lo que usted dice tiene ninguna base fáctica? Por lo que todo lo que ha venido diciéndonos es, esencialmente, insensato”.
Ebell replicó con algunas verdades dolorosas que dieron en el blanco. “Las elecciones son cosas sorprendentes…”. Ebell comenzó a explicar  - y continuó - a la perpleja audiencia por qué y cómo era que el Brexit había sucedido y por qué Trum había sucedido.
Básicamente, argumentó - tal vez canalizando por Michael Gove - porque la gente se había hastiado del “Expertariat”. Y por una buena razón: “[La clase de] Los expertos están llenos de arrogancia y hybris”. (***).
Debatí conmigo mismo previamente si hacer o no un viaje de cinco horas, ida y vuelta, sólo para atender una hora a la conferencia. (Estaba planificando otra pieza para Beitbart, que iba a ser mucho más inteligente o más interesante o tener más tráfico de audiencia, no lo sé).
Pero, ¡caramba!, valía la pena por innumerables razones.
Una de las razones era la dicha de ver al felino Ebell aguijonear a la sudiencia con su erudición, dulce cortesía, y mandar a pique a los barcos. Es un hombre inteligente, culto, temible: educado en Cambridge. (En forma bizarra, era amigo allí de Oliver Wetwin, aunque ahora creo que sus alineamientos políticos difieren).
Cuando la prensa, esencialmente, acusó a Ebell de representar los intereses de los malvados petroleros, él replicó que nada se compara a la corrupción y al gigantesco poder de lo que él llamó Complejo Industrial por el Cambio Climático - de científicos desesperados por becas y financiaciones a empresarios hambrientos por regulaciones que les garanticen rentas en sus negocios -  todo lo que alimenta la estafa del calentamiento global.
Cuando uno de los periodistas invocó la tecnología de baterías y Elon Musk, se preguntó cómo es posible que “el mayor receptor de los subsidios federales sostenidos por los contribuyentes en la historia de la humanidad” sea presentado como un modelo a seguir.
Cuando le preguntaron a Ebell sobre la Ley de Especies en Extinción replicó - lo que fue recibido por respingos de disgusto y odio - que él había estado tratando de reformarla desde hace años, sin mucho éxito, porque no beneficiaba demasiado a las especies en extinción y si provocaba una enorme cantidad de daño a los derechos de uso y a la propiedad privada.
Tal vez el principal incentivo para ir, sin embargo, fue ser testigo de primera mano de la razón por la cual los Estafadores del Gran Calentamiento Global se salieron con la suya por tanto tiempo: el abyecto fracaso de los medios de comunicación en hacer su trabajo e inquirir a la narrativa alarmista (****).
La prensa es objeto de muchas críticas. Pero aunque creo que, mayormente, los periodistas tienen más principios, son más valientes, y están más comprometidos de lo que habitualmente se cree, haré una excepción para aquellos que se cubren las secciones de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático.
Salvo una o dos excepciones - ninguna que me venga inmediatamente a la mente, pero estoy seguro que existen - son un conjunto de perdedores despreciables. Pasan demasiado tiempo encamados con miembros del movimiento ambientalista; están demasiado dispuestos a transcribir, prácticamente con puntos y comas, las gacetillas (*****) de Greenpeace o WWF o cualquier otro grupejo de energía renovable que les haya endulzado el oído; y muy, muy renuentes a cuestionar la mierda con la que los alimentan científicos involucrados que han estado ordeñando el pánico climático en las últimas cuatro décadas.
Lamentablemente, llegué demasiado tarde a la conferencia y me perdí cuando uno de los presentes le preguntaba a Myron Ebell qué era lo que Stephen K. Bannon, jefe de asesores de Trump, pensaba sobre cambio climático.
“Bueno, ustedes pueden tener una idea desde el momento en que cuando Bannon estaba en Breitbart el tipo que reclutó para escribir sobre cambio climático era James Delingpole…”, dijo Ebell.
No es de extrañar que obtuve tantas miradas llenas de odio cuando metí la cabeza en el salón atestado, 15 tarde.
El sentimiento es mutuo. Pero está OK porque yo estoy del lado correcto y cierto de la historia, mientras que la visión de ellos del mundo se cae a pedazos. Bienvenidos a chuparla, amiguitos. Esto es sólo el comienzo….

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(*) Liberal = progres.
(**) La Argentina envió al Vicepresidente Budou a la última reunión de la Convención de Cambio Climático. Lo aprobó el Congreso en tratamiento express antes de irse la administración Kirchner, y el Presidente Macri lo publicó inmediatamente en el Boletín Oficial los primeros días de diciembre de 2015.
(***) Hybris o hubris. Voz griega que significa intemperancia, desmesura, ira, descontrol de las emociones, arrogancia, soberbia. Hubris.
(****) Poner en duda el relato alarmista.

(*****) Comunicados de prensa.

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