El tamaño, cuando hablamos de comercio internacional o incluso doméstico, no trata sobre si una empresa vende miles de toneladas de un producto o si tienen muchos empleados o lo que fuera.
No.
Se refiere a otra cosa.
¿Qué es el tamaño?
Un país (o una empresa), es GRANDE, en un determinado mercado, si pone el precio (si determina el precio).
Un país (o una empresa), es GRANDE, en un determinado mercado, si pone el precio (si determina el precio).
Se denomina CHICA si toma el precio del mercado.
Rusia es. como comprador, GRANDE en trigo. Un país puede ser grande en un producto y no en otros. La Argentina, durante años, fue GRANDE, como vendedor, en trigo.
Argentina es grande en un gran número de productos agropecuarios. No lo es en leche, o en carne de conejo. Sí en miel, maní fino de confitería y, por supuesto, en soja. En el 2002, cuando los productores creían que el tipo de cambio continuaría subiendo, retuvieron la cosecha de soja. Inmediatamente subió el precio de soja en Chicago.
¿Qué significa ser grande? Que las decisiones que uno tome, como vendedor o comprador, modifican el precio.
Ser Chico
Por el contrario, cuando uno es chico, toma el precio del mercado. Paga o cobra lo que el mercado define.
La Argentina es CHICA en automóviles, línea blanca, algodón (esto último es incomprensible), leche en polvo (ídem), flete marítimo, tasa de interés internacional, pesca (no debería, aquí), papel, lana, maíz (según el año), petróleo, medicamentos, químicos en general. En resumen, infinidad de productos, algunos agropecuarios.
La Argentina es GRANDE en numerosos productos agropecuarios, no sólo los de la economía pampeana.
En todos los casos anteriores hablamos de precios internacionales. Los precios internos de los países: Argentina, Rusia, Nigeria, Francia, están modificados, a su vez, por las distorsiones domésticas (impuestos, cadena de comercialización).
Mercado Central Rungis de París. |
La COMERCIALIZACIÓN es importante. Algunos economistas liberales sostienen públicamente que la importación de productos libre de aranceles per se bajaría el precio doméstico de un producto. No necesariamente. Además de los aranceles y los impuestos internos, existe un gran distorsionador de precios, que es el importador y/o comercializador (*).
Empresas
Corren las mismas consideraciones.
Una empresa no es grande por el volumen de su producción, su tamaño físico o la cantidad de empleados. Toyota acaba de poner una terrible fábrica de automóviles en México. Eso no quiere decir que Toyota pueda poner el precio de los automóviles (excepto que coluda con las otras terminales). Toyota tiene una fábrica, el Estado mexicano le regaló 400 ha., pero no es GRANDE, porque no pone precios.
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Por el contrario, AT&T durante años, en los EEUU puso el precio de la comunicación telefónica, hasta que la Corte Suprema de ese país, la obligó a dividirse en numerosas empresas (y cambió la tecnología aplicada).
En la Argentina las empresas telefónicas durante años rechazaron la competencia, a pesar de existir la cláusula en el contrato de concesión que las obligaba [1].
Julio Nazareno ex presidente de la CSJN. |
Durante el gobierno K [2], las empresas de telefonía celular se coludieron para ofrecer mal servicio al peor precio. Un Trivago invertido.
Un ejemplo de empresa GRANDE con poca producción es Pur Sang, de Leónidas Anadón. Es chiquita, con 75 empleados, en Entre Ríos. Pero si usted quiere comprar un producto, debe pagar lo que la empresa decide.
Un ejemplo de comprador GRANDE en Argentina, es el Estado, como empleador. Por ser el mayor empleador, distorsiona el mercado laboral. Peor aún cuando saca del mercado a cientos de miles de personas con subsidios de desempleo [3].
MERCADO
El mercado perfecto, como se define en los libros de economía, es aquél en el cual hay muchos oferentes y muchos compradores. Nadie puede manipular el precio, que se fija con libertad entre los participantes.
En esos casos, la decisión de los agentes es el volumen que están dispuestos a comerciar.
Empresa es cada unidad decisoria.
Puede ser una estancia, una fábrica, o un dealer [4] en Lollapalooza. Es la que decide cuánto vender y a qué precio.
Empresas grandes
Son las que deciden el precio. Las empresas chicas toman el precio del mercado y deciden la cantidad. Es lo único que pueden decidir. De acuerdo a sus costos, a un precio determinado, deciden cuánto pueden o están dispuestos a producir.
Una empresa grande pone el precio.
Entonces la cantidad se decide de otra manera. El objetivo es ganar lo más posible (como cualquiera). El límite de las empresa grandes no es la competencia, porque no la tienen, sino el bolsillo del comprador. Por más que haya un único vendedor, los compradores limitan sus compras si el precio es muy alto, según sus posibilidades y otras obligaciones. Ahí la empresa decide cuánto quiere ganar, presupuesta cuál será la demanda a determinado precio y así se larga. Hay que pensar que menor producción significa menos capital de giro, menos empleados, menos inversión. No siempre vender más es lo mejor para una empresa GRANDE.
Ejemplos de empresas grandes en la Argentina. Ya cité los casos de las telefónicas. Otro caso son los laboratorios de medicamentos, que si bien son muchos, se coluden.
Otro caso, por el cual habría que colgar a todos los políticos de los testículos, desde Menem a Macri, sin excepción, son los supermercados, en el cual tres empresas coludidas se dividen el 75% del mercado de alimentos minoristas de la Capital Federal, rompen, hacia atrás, la cadena de producción, abusan de las empresas, maltratan el marketing y políticas de precios [5] de los proveedores, y hacen pagar lo que no vale a los consumidores [6].
* * *
En realidad esto es una introducción a un desastre nacional: la leche.
Pero eso será en otro post.
Adivinanza: ¿Qué tiene que ver un Mercedes Benz Pagoda con la industria láctea argentina? |
[1] Fueron las prórrogas durante el gobierno de Menem lo que impidió que aumenta la oferta y el precio baje (como en Chile). Bochornosas las coimas a la Corte Suprema de Justicia.
[2] Pareciera que Aguad sigue la misma escuela.
[3] A.k.a. “planes.
[4] Agrego al dealer, porque actúa igual que el florista de la esquina de Esmeralda y Santa Fe. Trajo una determinada cantidad de unidades (jazmines o pastillas). Las empieza a vender a un cierto precio, que es el que supone aceptable. Si ve gran cantidad de compradores, empieza a pedir más. Si está terminando el día y el producto no se vendió, no va a volverse a casa con la mercadería, empieza a bajar el precio. Hasta llegar a un punto en el que le conviene tirar las flores a la basura, o le conviene guardarse las pastillas para otra oportunidada, para no reventar el precio. Eso es el mercado.
[5] Voy a dar un caso que me tiene perpleja. Si fuera la gerente de márketing de Parmalat me haría el harakiri. Disco pone el precio del queso cremoso Parmalat un día a $119, otro a $139, luego lo baja a $ 99, luego lo sube a $ 140. ¡Los mismos trozos! Todo en un lapso de quince días. Se comprueba arrancando las etiquetas. No hay forma de que la marca pueda definir una política de posicionamiento de su producto. Creo que los queseros no deberían vender a los supermercados y financiar la colocación de queserías, pero qué sé yo de esto.
[6] Atentaron contra el gobierno de Macri en diciembre 2015. El dólar subió a $15. Los supermercados subieron todos los precios como si el dólar fuese a costar $ 20. Hicieron que los argentinos pasaron, innecesariamente, una Navidad de porquería. Una vez estabilizado el precio del dólar, lejos de bajar el precio, los mantuvieron. Generaron un enorme daño al nuevo gobierno y a toda la población. Retrajeron la demanda, retrajeron, por lo tanto, la producción de sus proveedores, generaron desánimo a días de subir un nuevo gobierno. Pagaron su precio, porque sus ventas bajaron el 8% (parte de la cual se desvío a otras formas de comercialización), pero no lo suficiente. Para compensar, ahora en marzo, subieron el 20% en gran parte de sus productos, con un dólar planchado.
Ojalá quiebren.
Ojalá se replique la ley de Francia y los expulsen de las ciudades.
Sin embargo nada hizo el gobierno contra un cártel que le pegó bajo la línea de flotación. Gastan plata en trolls y “comunicadores” para maltratar gremialistas, con o sin razón. Pero nada dicen de estos actores que tanto daño le hizo a gobierno. ¿Por qué? ¿Porque pusieron plata en la campaña? Aún si así hubiera sido el caso, deberían haber actuado. Tenían miles de herramientas. Anular la fusión Jumbo-Disco, ya que todo acto administrativo nacido viciado es nulo de nulidad absoluta e insanable. Porque le compraron un lote a Néstor Kirchner en millones de dólares cuando éste aprobó ilegalmente la fusión. Porque los chilenos contrabandearon (convenientemente sobreseídos) y se los puede inhabilitar para estar en ningún directorio y expulsarlos.
Porque coludir es un delito.
Porque coludir es un delito.
Pero no.
(*) Existen casos (numerosos, por cierto), que el fabricante local vende a $ 20. El importador compra a $3, con aranceles e impuestos, el costo sube a $7. Vende a $ 19. El margen queda todo en el importador, porque tiene licencia y manipula el precio, o porque domina la cadena de comercialización (ej.: los supermercados con los alimentos importados).
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