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martes, 21 de marzo de 2017

Petroleras

DELINGPOLE:

Por qué odio a las Petroleras - Y por qué ustedes también deberían hacerlo...

AP/Vahid Salemi
14 de  Marzo de 2017

¿Ustedes escucharon el discurso que Al Gore pronunció en Texas el otro día, en el cual le dijo a la industria petrolera que deberían tomar el cambio climático más seriamente, que el petróleo puede tener un nuevo máximo la década que viene, que la “aceptación social” del petróleo está desapareciendo, que se necesita que haya un impuesto significativo sobre las emisiones de carbono y que ellos “firmemente apoyan” el Acuerdo sobre Cambio Climático de París?

Oh, no, esperen. No era Al Gore. Mi error. En realidad se trataba de  Ben van Beurden, alto directivo ejecutivo de Shell, que hablaba en un congreso de la industria petrolera en la capital petrolera de los Estados Unidos, Houston.
Ben van Beurden
¿Ahora ustedes entienden por qué odio tanto a las Petroleras?
Bueno, una parte es amargura. Desde hace unos años hasta ahora, yo, y varios escépticos como yo, hemos sido acusados por parte de los alarmistas climáticos de ser “pagados por las Petroleras”. Pero aún si nosotros lo mereciéramos por promover el uso de combustibles fósiles con tanto entusiasmo y por pelear a los críticos con tanto heroísmo, pocos de nosotros hemos recibido ni un penique por nuestros esfuerzos. Esto es porque las Petroleras [1] están muy ocupadas en lavar y en “enverdecer” sus imágenes - como hizo Shell al esponsorizar las páginas de medio ambiente de The Guardian por muchos años - que perder el tiempo en los  valerosos y honestos héroes que hicieron un mejor trabajo de Relaciones Públicas de las Petroleras que el efectuado por los propios departamentos de Relaciones Públicas de las Petroleras.
Mayormente, es disgusto. Las Petroleras tienen la imagen de ser una industria de hombres intrépidos, sensatos, de pocas vueltas quienes no tiene miedo en ensuciarse sus manos o  enfrentar con bravura a la furia de los ambientalistas con el objeto de hacer su fea pero importante tarea de proveer al mundo de la tan necesitada energía.
Sin embargo es una imagen que no merecen.


Casi todos en el nivel senior de los ejecutivos de las Petroleras son, blandengues, políticamente correctos, sin carácter, lameculos pusilánimes corporativos. Son cobardes que se asustan del libre mercado, no levantan la voz para defender al capitalismo, ni siquiera para defender a su propio negocio.  Un caso típico de esa actitud es el actual Secretario de Estado Rex Tillerson.

Uno de sus primeros actos después de ser Gerente General de Exxon en el 2006 fue  anunciar que iba a dejar de financiar organizaciones como el Instituto de la Empresa Competitiva (“Competitive Enterprise Institute”), “cuya posición sobre el cambio climático puede distraer la atención de discusiones más importantes sobre cómo asegurar al mundo la energía requerida para el crecimiento económico en una forma responsable para el medio ambiente”. A diferencia de su mucho más aguerrido predecesor Lee Raymond, Tillerson claramente decidió que la discreción era la mejor parte del valor, y que iba a largar a los defensores de su industria a los perros.


Perseguido por una juaría de perros.
Una de las primeras notas sobre energía que cubrí en Breitbart fue la increíble y verdadera historia de cómo Chevron Oil peleó la demanda por U$S 9.500 millones efectuada por los nativos ecuatorianos cuyas tierras habían sido, supuestamente, contaminadas como resultado de la negligencia de Chevron.


Derrame naufragio petrolero.
La parte verdaderamente increíble de esta historia fue que Crevron decidió defender el caso. La posición más usual de las Petroleras es allanarse tan pronto como sea posible y hacer un acuerdo fuera de tribunales.


Contaminación en campos petroleros de la Amazonía Ecuatoriana.
Si las Petroleras no defienden la industria del petróleo, ¿quién lo hará?
Tristemente, la carga recae invariablemente en un pequeño grupo de disidentes que creen en el libre mercado y en la ciencia honesta, que no les importan todos los cascotazos que reciben por ser los defensores del “combustible sucio” porque prefieren decir la verdad a ser populares.
Uno de ellos es  Steve Milloy  quien, en mayo del año 2008, participó en una asamblea de accionistas de Exxon en representación de un grupo de accionistas que creen que el negocio central (core business) de Exxon debe ser perforar para extraer petróleo y crear valor para sus accionistas - no distraerse con tratar de parecer bonitos para sus críticos onda sandía (verdes por fuera, rojos por dentro). Siga este vínculo y ustedes pueden escuchar el aplauso cerrado que Milloy recibió de los accionistas en la asamblea cuando propuso que Exxon debería modificar sus estatutos de tal forma de no tener que perder tiempo en intervenciones politizadas por parte de “accionistas problemáticos”.
La poseción de paquetes accionarios se politizó. Muchos accionistas poseen paquetes en empresas que cotizan en bolsa con el único objeto de promover sus propias causas sociales o su agenda política, mientras, simultáneamente, boicotean la actividad económica legítima de la corporación. Estos accionistas activistas se denominan “accionistas problemáticos” (nuisance shareholders).
La primera herramienta que estos accionistas problemáticos utilizan es la emisión de propuestas no vinculantes para discusión y votación en la asamblea anual de accionistas. Propuestas de estos accionistas puede coaccionar a los ejecutivos o al directorio en tomar decisiones que no siempre son las mejores para los intereses de la Compañía y para sus accionistas bona fide y volver la asamblea ordinaria anual en un circo mediático.
Ustedes podrían pensar que Exxon estaría agradecida por el encendido apoyo de su público. Ni un poquito.  Podemos comprobarlo por la respuesta de Exxon a la proposición de Milloy. Propuesta que Milloy piensa repetir en la asamblea del corriente año en mayo. El directoro de Exxon apeló a la SEC para tratar de que la propuesta de Milloy no sea tratada.
Por suerte los abogados de la SEC los sacaron carpiendo.


13 de Marzo de 2017


Respuesta de la Oficina del Jefe del Consejo
División Finanzas Corporativas


Re: Exxon Mobil Corporation
Carta recibida fechada 23 de enero de 2017


Su propuesta de impedir que accionistas eleven mociones a la Asamblea de Accionistas para su consideración sin la autorización previa del Directorio es modificatoria de los estatutos de la compañía.
No es posible coincidir con la posición de Exxon de excluir el tratamiento de la moción por aplicación del artículo 14a-8(i)(3). De igual manera, tampoco es posible que Exxon no la publique en el orden del día por aplicación del artículo 14a-8(i)(3).
De igual manera nos es imposible coincidir con la postura de Exxon de excluir la moción  por aplicación del artículo 14a-8(i)(7). De igual manera, tampoco es posible que Exxon no la publique en el orden del día por aplicación del artículo 14a-8(i)(7).


Sinceramente,
Brian V. Soares
Asesor Letrado


No hace falta aclarar que Exxon, como Shell, como la mayoría de las Petroleras, como el Secretario de Estado Rex Tillerson están usando su influencia para impedir que el Presidente Trump cumpla su promesa de campaña de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
Ostensiblemente su excusa es que sería malo para la política internacional de los Estados Unidos y “enviar las señales erróneas”.
En realidad, es la peor de las razones. Primero, porque la pusilaminidad es una parte integral de su cultura corporativa: se pasaron años sucumbiendo al movimiento verde, pagándole su Danegeld y su servilismo a sus ecodelirios  - y no le van a crecer los cojones sólo porque Donald Trump sea su presidente.
Segundo, porque están tan altamente diversificadas en los sectores ecológicos como los “renovables” y en tecnologías fracasadas pero lucrativas como la Captura y Conservación del Carbono  que no pueden afrontar el fenomenal golpe que recibirían si Trump les cortara los lazos con el Complejo de la Industria del Cambio Climático.
Las Petroleras son El Diablo, en eso estamos de acuerdo, pero no en la forma en que los “verdes” nos quieren hacer creer. Lo son porque sucumbieron a las fuerzas oscuras de Eco Mordor.
Le hace a uno desear que las productores en menor escala del fracking crecerán poco a poco y convertirán en historia a los monolitos políticamente correctos de las Petroleras.
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[1] Big Oil describe a las 7 grandes petroleras: BP plc, Chevron Corporation, ExxonMobil Corporation, Royal Dutch Shell plc, Total SA and Eni SpA.

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