Ayer, 6 de abril de 2018 (sí, leyó bien, 2018, SXXI), La Nación publicó una nota con el siguiente título “Medios argentinos coordinan una estrategia común de "protección" frente a las prácticas nocivas de redes sociales”.
¿De qué hablaron? ¿Qué motivó la reunión? No sabemos. Como no le creemos a los medios de comunicación ni media palabra, ¿por qué habríamos de creerles?
¿Les vamos a creer a los que nos mintieron en los últimos 12 años de gobierno K, a durante todo el proceso electoral del 2015 sobre las chances electorales de cada candidato, sobre el asesinato de Nisman, a los que se subieron al bondi de ‘Maldonado-asesinado-por-la Gendarmería?
¿Les vamos a creer a los de Clarín/TN, que tan bien nos informan sobre los eventos internacionales, con el periodista estrella de Gil Vidal? ¿O le vamos a creer a La Nación con su troup de psicobolches malpagos que creen que están haciendo la revolución desde su teclado? ¿Le vamos a creer a Fontevecchia y su revista Noticias dirigida por Zunino?
Sí dijeron que se van a ocupar de los contenidos y de compararlos con estándares internacionales. Tal vez de Elía, de TN, se avivó que en todo el mundo las locutoras de los noticieros se visten como señoras, con trajecito sastre o falda y blusa y no como coperas.
Dicen estar preocupados por Google y Facebook. Tal vez estén preocupados porque les roban contenidos y no pagan derechos. Que la justicia los ayude. Cuando constituyan precedentes les cobraremos por los videos de gatitos que nos roban.
El otro negocio es traer a “consultores” para que digan, con aires de importancia: “la última encuesta da que gana Josesito por 10 puntos”.
Por supuesto ni una sola especificación técnica. Estoy pensando en particular en Management & Fit y Berenzstein que los vimos durante todo el 2015 en todos los canales. Demostraron que nos mintieron y sin embargo los siguieron llamando, ¿por qué?
En el SXIX los diarios tenían explícitamente un objeto de propaganda política. El lema de la La Nación es “tribuna de doctrina”. No “transparencia e imparcialidad”. Bartolomé Mitre mintió toda su vida. En particular relataba como victorias su numerosas derrotas militares. Pero fue sincero con sus intenciones en LN. Era para promover su carrera política y la de sus amigos.
También pueden leer la divertida novela de Umberto Eco. “El cementerio de Praga”. En el SXX, en particular en la segunda mitad, el periodismo se vendió como el cuarto poder, la búsqueda de la verdad y la transparencia, el defensor de la imparcialidad. Watergate.
Supongo que así Occidente buscaba diferenciarse de la propaganda soviética.
¿Cómo desbarrancó?
Probablemente sucedió de a poco.
Sí dijeron que se van a ocupar de los contenidos y de compararlos con estándares internacionales. Tal vez de Elía, de TN, se avivó que en todo el mundo las locutoras de los noticieros se visten como señoras, con trajecito sastre o falda y blusa y no como coperas.
Dicen estar preocupados por Google y Facebook. Tal vez estén preocupados porque les roban contenidos y no pagan derechos. Que la justicia los ayude. Cuando constituyan precedentes les cobraremos por los videos de gatitos que nos roban.
* * *
No entiendo nada de periodismo ni de medios, ni de comunicación, ni de encuestas, ni de nada de eso. Pero soy imprudente.
¿De qué vive la prensa argentina? ¿De la publicidad de jabones o automóviles como en el SXX? No, no más. Muy pronunciadamente, a partir del SXXI, de la era K, viven de la pauta oficial. Uno ve los programas de política (Charly Fernández, Carlos Pagni, Clara Mariño, etc.) y tienen de auspiciantes a legislaturas (?), gobiernos nacional o provinciales, sindicatos (?) y muy pocas empresas. Por ejemplo, Pagni es auspiciado por IRSA.
Luego están las invitaciones a políticos donde los televidentes nos quedamos con la impresión de que los tipos pagan para tener sus 5’ o 10’ de aire.
Luego están las invitaciones a políticos donde los televidentes nos quedamos con la impresión de que los tipos pagan para tener sus 5’ o 10’ de aire.
Por supuesto ni una sola especificación técnica. Estoy pensando en particular en Management & Fit y Berenzstein que los vimos durante todo el 2015 en todos los canales. Demostraron que nos mintieron y sin embargo los siguieron llamando, ¿por qué?
En el SXIX los diarios tenían explícitamente un objeto de propaganda política. El lema de la La Nación es “tribuna de doctrina”. No “transparencia e imparcialidad”. Bartolomé Mitre mintió toda su vida. En particular relataba como victorias su numerosas derrotas militares. Pero fue sincero con sus intenciones en LN. Era para promover su carrera política y la de sus amigos.
También pueden leer la divertida novela de Umberto Eco. “El cementerio de Praga”. En el SXX, en particular en la segunda mitad, el periodismo se vendió como el cuarto poder, la búsqueda de la verdad y la transparencia, el defensor de la imparcialidad. Watergate.
Supongo que así Occidente buscaba diferenciarse de la propaganda soviética.
¿Cómo desbarrancó?
Probablemente sucedió de a poco.
Pero voy a remarcar dos hechos recientes: #Brexit y las elecciones de Trump en 2016.
En ambos casos la prensa en bloque hizo campaña en forma categórica para un bando (*).
En el caso de Brexit, el gobierno británico, el de la Unión Europa, los Presidentes de los Bancos Centrales de Inglaterra y de Europa, el FMI, el Banco Mundial, directores de grandes empresas, contaron con toda la prensa a su disposición para decir por qué apoyaban una opción y denigraban la otra.
Todos los columnistas de los diarios, noticieros de TV y programas políticos y de la radio [2], con diferentes argumentos, apoyaban una de las opciones: REMAIN.
Se publicaron decenas de encuestas que vaticinaban el triunfo de REMAIN.
Todos fallaron.
¿Alguien fue despedido después? No.
¿Por qué? No tengo idea. Acá van algunas especulaciones al voleo. Dentro de diez años sabremos cuál es verosímil y cuál no.
¿Por qué si las consultoras jamás aciertan las siguen contratando? Mi presunción es porque saben que mienten [3] y no las contratan para que digan la verdad sino para que públicamente induzcan el voto. Son propagandistas. Tal vez a sus clientes en privado les digan la verdad, pero no para que la digan en público (sólo parcialmente en algunas radios, muy horizontales en la Argentina.
¿Por qué luego de #Brexit no echaron a todos los periodistas de todos los medios de comunicación? Porque son los voceros del poder. Los que estaban en el poder antes del #Brexit son los mismos que los que están ahora y mantienen a sus voceros.
¿Eso quiere decir que el 51% de la población británica no tiene voz en los medios de comunicación británicos? ¿Quiere decir que no tienen acceso alguno a la BBC ni televisiva ni radial y que sólo algunos medios gráficos les dan un poco de voz? Exactamente.
¿Eso quiere decir que el sistema anula la voz de la mitad de la población del país que inventó la libertad de prensa? Sí. Exactamente. Let-that-sink-in.
¿Cuándo van a tener al menos media hora semanal en la BBC la otra mitad del país? Si es posible, nunca.
Ahora, desde la caída del muro de Berlín y con más fuerza durante el SXXI, las élites, el establishment como dice Nigel Farage, se ocupó de tener el monopolio de los medios de comunicación, cuya tarea es que aparezca la agenda sólo los temas que el establishment quiere o gansadas que no les importa [1].
Por favor, lean a Laura Ingraham en “LAS ÉLITES Y EL PODER”
Imponen agenda, como hicieron a partir de que Merkel decidió aceptar la inmigración de millones de musulmanes, con propaganda a toda hora para domesticar a sus audiencias en la aceptación.
Exactamente los mismos fenómenos se percibieron en la campaña presidencial de EEUU en el 2016. La totalidad de los medios de comunicación apoyaron a uno de los candidatos (Hilaria) y le dieron pocas o nulas chances al otro (Trump). Todos los periodistas enarbolaban el credo oficial. Y la voz de millones de norteamericanos (exactamente sesenta y tres millones de personas) no fue reflejada en ningún medio de comunicación.
Voy de nuevo. La voz de 62.979.879 no fue reflejada en los medios de comunicación. Los periodistas describían los anhelos y expectativas de la otra mitad del país. Pero ninguno se detuvo a ver qué deseaba esta gente, sus valores y sus desagrados. ¿Por qué?
Porque representan la voz del poder, la voz del que manda. ¿Son homogéneos? No. porque la élite no lo es. Tienen peleas intestinas [4].
Para los actuales periodistas la información es algo que sucede de arriba hacia abajo, no de abajo hacia arriba. ¿Por qué?
Ahora, desde la caída del muro de Berlín y con más fuerza durante el SXXI, las élites, el establishment como dice Nigel Farage, se ocupó de tener el monopolio de los medios de comunicación, cuya tarea es que aparezca la agenda sólo los temas que el establishment quiere o gansadas que no les importa [1].
Por favor, lean a Laura Ingraham en “LAS ÉLITES Y EL PODER”
Imponen agenda, como hicieron a partir de que Merkel decidió aceptar la inmigración de millones de musulmanes, con propaganda a toda hora para domesticar a sus audiencias en la aceptación.
Exactamente los mismos fenómenos se percibieron en la campaña presidencial de EEUU en el 2016. La totalidad de los medios de comunicación apoyaron a uno de los candidatos (Hilaria) y le dieron pocas o nulas chances al otro (Trump). Todos los periodistas enarbolaban el credo oficial. Y la voz de millones de norteamericanos (exactamente sesenta y tres millones de personas) no fue reflejada en ningún medio de comunicación.
Voy de nuevo. La voz de 62.979.879 no fue reflejada en los medios de comunicación. Los periodistas describían los anhelos y expectativas de la otra mitad del país. Pero ninguno se detuvo a ver qué deseaba esta gente, sus valores y sus desagrados. ¿Por qué?
Porque representan la voz del poder, la voz del que manda. ¿Son homogéneos? No. porque la élite no lo es. Tienen peleas intestinas [4].
Para los actuales periodistas la información es algo que sucede de arriba hacia abajo, no de abajo hacia arriba. ¿Por qué?
Porque la élite quiere controlar la realidad, no surfearla. Por lo tanto gasta enormes sumas de dinero en domesticar el pensamiento de la población. Controla los medios de comunicación, publica encuestas falsas, inventa candidatos y los publicita, tomó control del sistema educativo y los usa para lavarle (lavarnos) la cabeza a todos, incluidos adultos en los postgrados. Da lugar únicamente a los periodistas que demuestran ser obedientes al poder y ralea a los que no se someten.
Luego de ambas derrotas, las élites hubieran podido recalcular. No. Plantearon políticas de obstrucción y redoblaron la apuesta mediática. Tal vez estén actuando en piloto automático hasta que se les pase el shock y puedan diseñar una nueva estrategia.
¿Por qué me detuve en estos ejemplos internacionales?
Porque acá pasó lo mismo. Porque es un modelo internacional, donde la prensa forma un instrumento imprescindible del poder y de las élites. Por eso siguen invitando a Berenstein y a la de M&F a la tele.
Por eso nunca hablan las víctimas de la delincuencia común, excepto algún caso aislado, por eso la agenda de parte de la población nunca está en la tele, ni en los diarios [5], por eso la voz de los patagónicos agobiados por los zurdos y los pseudomapuches jamás acceden a los medios de comunicación. Por eso TODOS los medios de comunicación se plegaron a la opereta de Maldonado. O a mentir sobre el asesinato de Nisman.
Hasta ahora no pagaron ningún costo.
Sólo hay lugar para la agenda de Clarín y sus empresarios amigos, que creen que ponen y sacan presidentes. O la agenda de todos los otros de la mesa.
¿Qué venden los dueños de los medios?
Le venden a la élite que ellos tienen el monopolio de la información. Y por eso deben contratarlos para controlar las cosas (elecciones, precandidaturas de candidatos, no sea que gane un wild card, vean lo que pasó con el “loco” Trump) [6]. En el caso particular de Clarín, le vende a gran parte de la élite que ellos colocan presidentes.
Si queda expuesto que no poseen el monopolio de influenciarnos, ¿por qué el establishment habría de contratarlos?
Bueno, ése es el miedo que recorre la espina dorsal de todos los que estaban alrededor de esa mesa [7].
La verdad es, luego de ver qué sucedió en GB y en EEUU diría que todo seguirá como hasta ahora.
No tienen el monopolio de la opinión. Tienen el monopolio de la información de arriba hacia abajo. De lo que baja el poder. De qué debemos ocuparnos y de qué no. Y de qué no jode que nos ocupemos (el casamiento de la hija de Maradona, la canción de moda del verano, etc.).
Y su otra función, que cumplen impecablemente, es que la voz de abajo no suba [8].
Así estamos. Sin voz, excepto la que podamos construir por nuestros propios medios, y los canales de comunicación que podamos crear.
Pero no desmayéis. #Brexit ganó, y 62.979.879 personas en EEUU dijeron que no querían a la candidata que había elegido el establishment, que querían otra cosa.
No es poco.
* * *
[2] En GB la BBC tiene el monopolio radial, es una pesadilla llena de progres,
[3] Aunque en el caso de #Brexit, realmente creo que la élite creía que ganaba REMAIN.
[4] En estos días los argentinos somos espectadores de una pelea intestina del poder donde se tiran por la cabeza unos a otros acusaciones de pederastía y sale el Procurador de la Provincia de Buenos Aires a calmar los ánimos. “FANTINO, LOS NIÑOS Y EL HONOR”.
[5] Sólo parcialmente algunas radios son horizontales en la Argentina.
[6] Voy a dar un ejemplo de cómo se controla el ánimo público. Hace un par de años empezó a aparecer en la tele que si agarraban a un chorro lo cascaban. La tele lo presentaba como “linchamiento”, cuando no lo era. Los lichamientos terminan con la muerte del tipo, que no era el caso. Todos los periodistas en cadena se pusieron a decir que eso estaba mal, que no había que hacerlo. Hasta el Papa se metió y dijo lo mismo. Ése es un claro ejemplo de una instrucción que va de arriba hacia abajo. Todos los “referentes” nos decían a todos qué está bien y qué está mal.
[7] Nota de La Nación: “Participaron en la reunión Luis Saguier (LA NACION), Héctor Aranda (Clarín), Jorge Fontevecchia (Perfil), Daniel Hadad (Infobae), Agustín Vila (América), Nahuel Caputto (Adira) y Carlos de Elía (TN). Por ADEPA, asistieron Daniel Dessein, José Claudio Escribano, Carlos Jornet, Martín Etchevers, Pablo Deluca y Agustino Fontevecchia”.
[8] Rápidamente aplastaron la voz de la población que apoyaba a #Chocobar, para dar un caso reciente.
(*) En ambos casos la excepción fueron los medios propiedad de Murdoch.
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