Parto de la base que la ciudadanía coincide en
grandes números con la clientela de los diversos medios de comunicación.
En las elecciones del año 2013, el electorado
informó a los políticos, a los dueños de medios, a los periodistas y
animadores, y a dueños de empresas varias, que su humor no coincidía con el
oficialismo.
Aún así, y con información exacta a su disposición,
todos estos actores siguieron funcionando como si nada hubiera cambiado.
Las mismas caras, las mismas notas, los mismos
formatos y la misma coloratura.
Excepto algunos raros casos, todos los programas
políticos fueron monocromáticos. Idénticos a los del día anterior a las elecciones.
Con ese elenco llegamos a las elecciones del 2015.
A partir de ese momento fue indubitable que la
población quería otra cosa. Lo que sea, pero distinta a la oferta anterior.
Sin embargo, los responsables de programación de
Radio y TV y los jefes de redacción, no cambiaron los formatos, ni las caras,
ni las plumas.
Venta de almas
Las razones para la cristalización periodística y de
entretenimiento del período 2013-2015 es fácil de entender: los medios vivían
de la pauta oficial, no de la publicidad privada. Por lo tanto no importaba
tanto el rating o la circulación. Ésta determina la tarifa a cobrar al
fabricante de gaseosas o jabón. Pero no de la pauta oficial.
Por lo tanto, el cliente principal fue el poder ejecutivo
nacional. El cliente 2013/15 no cambió, la oferta informativa tampoco.
Los gerentes de programación y los jefes de
redacción se preocuparon (y fueron servilmente eficientes) en satisfacer a sus
amos del Poder Ejecutivo Nacional.
Elecciones 2015
En las elecciones nacionales quedó más que claro que
se acabó un ciclo.
Fue particularmente evidente en capital y gran
Buenos Aires.
Sin embargo quienes deciden los contenidos continúan
actuando como si la pauta la siguiera manejando Aníbal Fernández.
Siguen actuando como si el rating no importara. Como
si vender espacio de publicidad a “Skip” no importara.
Primero pensé que el resultado electoral los tomó a contrapié.
Y tenían todos los contratos hasta el 31 de diciembre 2015. Que cambiarían para
enero (tuvieron 40 días).
En particular en Capital, donde viven la mayoría de
los periodistas y gerentes de programación, la población votó en un 80% a
Macri, ¿no suena ninguna alarma, ninguna campana, ningún timbre?
Ahora ya no sé qué pensar.
Las mismas caras, el mismo sesgo pro K populista. La
Nación es ilegible. Clarín siempre lo fue. Perfil, luego de las elecciones se
volvió más pro K, si es era posible.
Seguimos viendo en la tele los mismos formatos
(Intratables con producción ultra K), los noticieros K, Crónica, Telefé, Clarín-Canal
13.
Los mismos rostros que hicieron campaña para Scioli
como Morales Solá, Bonelli, Blanck, O'Donell, Montenegro.
No tengo respuesta.
No entiendo porqué no tiraron todo a la basura y
presentan gente nueva.
Les doy una pequeña pista a los gerentes de
programación. Tinelli o se reinventa o ya fue. Intratables fue. Todos los
rostros de TN excepto “Odisea Argentina” murieron.
Existe gente que peregrinó por el desierto durante
12 años. La audiencia, los lectores quieren verlos jugar en primera A. ¿Por qué
los dueños de los medios no?
Les digo a quiénes me gustaría ver a mí:
Luis Gasulla, Emilia Delfino, Rodrigo Alegre,
Nicolás Lucca, Christian Sanz, José M. Stella, Ignacio
Montes de Oca, Federico Poore, Ramón Indart, Virginia Messi, Juan Manuel
Bordón, Alicia Panero, José Benegas, Gustavo Grabia, Nicolás Wizñaki o, una persona con trayectoria e
injustamente marginado, Matías Longoni. Un programa propio a Hugo Alconada Mon.
La ciudadanía ya cambió el elenco de políticos.
Ante la insensibilidad a la demanda por parte de los
accionistas de los medios ¿también nos tendremos que ocupar de cambiar
la programación?
“His
Last Vow”, “Sherlock”, Mark Gatiss & Steven Moffat
Días atrás vi el capítulo tres de la tercera
temporada de la serie británica “Sherlock”, “His Last Vow”, (2014).
Benedict Cumberbatch como Sherlock Holmes en "His Last Vow".
Trata, sin demasiado disimulo, sobre el capo de
medios de comunicación Rupert Murdoch, presentado como el personaje ficcional Charles
Magnussen.
Con @autopolitics (Tristán Grimaux) discutimos el capítulo. El interés
de Grimaux se concentró en la lógica narrativa de una historia de
misterio y policial. Marcó diversas incoherencias argumentales.
La serie me deslumbra por su guión, su ritmo, sus diálogos y su innovativa
presentación visual, además de trabajos actorales de primer nivel, como
únicamente los británicos pueden brindar.
El capítulo
me interesó y es lo que quiero compartir, porque presenta un dilema
ético-político.
No sólo eso, sino que los creadores, Gattis y
Moffat, dan una solución a este problema. No queda en claro si es la que ellos
personalmente avalarían, o es la que suponen cuenta con el beneplácito del
gobierno británico.
Presentan un
problema y dan una solución.
No se puede obviar, por último, que es una
producción del canal estatal, BBC, financiada por todos los contribuyentes
británicos.
Murdoch
Rupert Murdoch es un magnate australiano
nacionalizado estadounidense, dueño de un grupo de medios periodísticos con ramificaciones
en todo el mundo, propietario de medios de alta circulación en Gran Bretaña[1],
el News Corporation.
Rupert
Murdoch tapa de Time.
Se sostiene que su colaboración fue determinante en
el ascenso de Margaret Thatcher a Primer Ministra[2],
la cual fue ampliamente recompensada con prebendas varias (segunda parte del
mismo artículo).
También sus detractores aducen que colaboró, más
tibiamente, en la campaña electoral de Tony Blair.
Es indudable que fue una figura determinante en la
política doméstica británica.
Colaboró activamente en la primera elección que
ungió a Cameron como primer ministro.
Las escuchas telefónicas
Murdoch compareció ante un comité de Investigación de la Cámara de los Comunes, el cual lo acusaba de escuchar ilegalmente a cientos de residentes británicos y usar parte de esa información para publicarla en sus tabloides.
Imagen de “His Last Vow”.
Durante esos días la noticia no dejó nunca la
primera plana de los diarios, generó un fuerte debate, el cual incluyó a
periodistas, políticos, filósofos y opinadores en general.
Fue, a mis ojos, una discusión que me despertó
profunda envidia, por lo rica, libre y el calibre de las argumentaciones de
todos los participantes, en todo el abanico ideológico de la prensa. Todos
tenían algo que decir y lo fundamentaban.
Los tópicos eran la libertad de prensa, la libertad
de expresión, la propiedad privada, el derecho a la intimidad y la injerencia
de los grandes grupos de poder en las decisiones políticas, en particular, la
relación entre Murdoch y el Primer Ministro Cameron.
La investigación develó que era la policía quien ejecutaba la
tarea operativa de intervenir teléfonos para luego entregar las grabaciones a la
redacción del periódico de Murdoch.
Las tres personas de mayor jerarquía fueron separadas
de su cuerpo, encabezadas por el Comisionado de la Policía Metropolitana de
Londres, Sir Paul Stephenson.
Sin embargo, estas escuchas, que fueron denunciadas inicialmente
en el 2005, durante años no tuvieron tal reacción.
Al extremo que este grupo publicó conversaciones
privadas del Príncipe de Gales[3],
sin que en su momento, tuviera consecuencias legales.
La fusión
El disparador de la furia política contra Murdoch,
luego de años de vejámenes varios contra celebridades deportivas y artísticas,
políticos y la propia realeza, fue la oferta de News Corporation para comprar BSkyB (British Sky Broadcasting), una empresa de televisión, telefonía e internet por cable.
Poco tiempo antes, News Corporation había recibido
un gigante aporte de capital de empresas (¿gobierno?) chino.
No sólo ello, sino que el magnate se había casado
con una china, Wendi Deng, dueña de una biografía inverosímil.
Adivino que la señorita Deng tenía como rol
controlar las inversiones chinas en la corporación. Una especie de
Controller/auditora.
Rupert
Murdoch y controller Wendi Deng Murdoch.
Luego del incesante escándalo que duró semanas y
semanas, News Corporation retiró la oferta, personal jerárquico del
grupo renunció (Gerente General Dow Jones, Gerente de Legales Tom Crone y Gerenta General
Rebekah Brooks), además de los policías.
En el caso de Brooks, los periódicos sostuvieron que era amiga de la familia de Cameron y frecuente asistente a la casa de fin de semana del primer ministro.
Asimismo renunció Andy Coulson, Jefe de Prensa del recientemente asumido gobierno de Cameron, y ex empleado del grupo News Corporation. El mencionado Coulson, aparentemente, habría sido el encargado de asegurarle a Murdoch que su pretendida fusión con BSkyB sería bien recibida por el nuevo gobierno.
La prensa, en particular The Guardian, sí dieron a conocer anteriores investigaciones de escuchas ilegales, en base a denuncias de particulares, a partir del 2005/6.
Éstas habían sido cajoneadas por la policía
Metropolitana, el Fiscal del caso había decidido no iniciar la instrucción, con
anuencia de los jueces. La policía se negó a informarle a los particulares si sus
teléfonos habían sido interceptados o no, a pesar de tener los listados en su
poder, guardadas en latas en las instalaciones de la policía.
Finalmente varios ciudadanos iniciaron acciones
civiles y la policía Metropolitana se vio obligada a informar a tribunales,
caso por caso, y siempre con grandes demoras.
Gordon Taylor, directivo de la asociación de futbolistas británicos, hizo un acuerdo extrajudicial por £700.000, por haber sido espiado. Poco después Max Glifford, otra de las víctimas, obtuvo un acuerdo similar por £1.000.000.
Ante el Comité investigador, Murdoch, cobardemente,
puso en los hombros de sus subordinados toda responsabilidad. Sostuvo desconocer
las actividades ilegales de sus empleados y negó haber aprobado la práctica.
Miembros del comité y la prensa en general, desestimaron la línea de defensa, toda vez que ambos acuerdos millonarios con Taylor y Glifford habían sido aprobados formalmente por el directorio de News Corporation, presidido por el magnate.
Sienna Miller
Sienna Miller es una bella actriz británica. Sus
teléfonos fueron interferidos y sus conversaciones privadas publicadas en
tabloides.
Sienna
Miller.
A diferencia de los casos anteriores, la Sra. Miller
se negó a efectuar un acuerdo extrajudicial. Hizo una denuncia penal, la que
fue desestimada por Tribunales. A continuación inició una causa civil, que
ganó. Su compensación (£100.000), notoriamente inferior a la obtenida por Taylor y Glifford, demostró indubitablemente la responsabilidad de News Corporation, para enorme satisfacción de la damnificada.
The Scotsman, 22 de julio de 2011:
IT WAS the Sienna Miller case wot done it. Appearing before
the culture, media and sport select committee last week, James Murdoch and
Rebekah Brooks confirmed for the first time that it was the actress's decision
to sue the News of the World for hacking into her voicemail which finally
brought the house of cards tumbling down.(Artículo completo[4]).
Bien, valiente Sienna.
Tommy Sheridan
Sheridan[5] es
un político líder del Partido Socialista Escocés. En el año 2003 logró una
elección record, colocando en total 6 diputados en la legislatura local,
Holyrood. Era representante por Glasgow, una ciudad industrial y con
astilleros, bastión de los movimientos obreros locales.
Tommy
Sheridan, ex diputado por el Partido Socialista Escocés.
El partido de izquierda estaba en una línea de
ascenso indiscutible. En el año 2006, el diputado inicia un juicio a News of
the Word, el tabloide del grupo News Corporation, por interferencia en sus
comunicaciones telefónicas. Lo gana y es compensado civilmente por £ 200.000. Al año siguiente, el grupo mediático lo acusa de perjurio. Luego de un largo juicio, donde la pericia la efectúa la policía, el juez lo encuentra culpable y lo condena a tres años de prisión efectiva.
Apela a la Corte Suprema de Escocia, quien confirma
la sentencia en un voto dividido, 8 contra 6.
Cuando en 2011 se ventilan las acusaciones ante el
Comité de la Cámara de los Comunes, el ex diputado Sheridan se encontraba en
prisión.
Cuando el Comité investigador ventila el modus operandi de News of the Word, con el
escándalo a toda vela, le dieron libertad a Sheridan para visitar unos días a su familia[6].
Hubo grandes controversias, y todo el juicio por
perjurio fue altamente comentado en la prensa escocesa. Poco tiempo después, se revisó
el fallo, ante los reconocimientos de delito de varios de los implicados y
recibió la libertad definitiva.
La prisión de Sheridan tuvo un efecto devastador
sobre el naciente partido Socialista y nunca más volvió a tener igual importancia
parlamentaria.
La noticia tuvo amplia cobertura en Escocia, y casi
nula en Inglaterra.
Me escandalicé. No podía entender que un diputado no
tuviera fueros. Quedó por demás expuesta la fragilidad de un diputado de
minorías frente a una corporación, en particular cuando la policía (la pericia)
y la justicia, jugó para Murdoch. Era evidente, ante mis ojos extranjeros, que
la denuncia por perjurio era una aberración. Sin embargo el diputado pasó más
de un año preso y su proyecto político fue reducido a su mínima expresión.
El caso Sheridan grafica con claridad la razón que
tenía Juan Bautista Alberdi en proteger a nuestros representantes.
Los fueros no existen para proteger al legislador,
sino para protegernos a nosotros y nuestra voluntad expresada en el voto.
Y sirve también para que no idealicemos a otros
países, donde también existen injusticias y la persecución política.
De ninguna forma equiparo Gran Bretaña, tierra de la
libertad, con nosotros.
Pero tampoco es transparente como el cristal, y
siempre es mejor aprender con los errores ajenos y no de los propios.
Sean Hoare
En pleno escándalo por la investigación del Comité de la Cámara de los Comunes, en las pantallas de
televisión, informaban sobre el suicidio de Hoare[7].
Sean
Hoare.
Tanto la televisión como la prensa escrita presentaban
el caso Murdoch día y noche, así como cada novedad, en lo que parecía una
novela por entregas. Bastante similar a la adrenalina que vivimos luego del asesinato de Nisman.
El Sr. Hoare sostuvo públicamente que Andy Coulson
estaba al tanto de las escuchas telefónicas y que había mentido al Comité al
sostener que era una práctica por él ignorada.
Su testimonio, de haber sido repetido en la Corte,
hubiera perjudicado notoriamente a Coulson, funcionario de Cameron (al poco
tiempo renunciaría). Pocos días después, Hoare aparece muerto en su departamento.
La policía determina en pocas horas que se trata de un suicidio.
Escena
del capítulo 9 de “The Honourable Woman”.
Ningún argentino es insensible a los suicidios convenientes al poder, luego del asesinato de Nisman.
Sherlock y Magnussen – Un dilema ético-político
De
izquierda a derecha, Lars Mikkelsen y Benedict Cumberbatch como Magnussen y
Holmes respectivamente, en “The Last Vow”.
Hasta aquí relaté, de la forma más neutra posible, lo
poco que supe sobre el caso Murdoch.
No es un problema ajeno a la República Argentina,
considerando las injerencias del Grupo Clarín en los gobiernos de los últimos
treinta años y en nuestros procesos eleccionarios. Actualmente el Grupo Perfil
se presenta con similares apetencias, aunque no ha superado, aún, la etapa de
pretensión.
Ahora quiero plantear, sin contar el final del
capítulo de “Sherlock”, para no arruinarlo para quienes no lo hayan visto, el
dilema presentado por los autores de la serie, tal como lo entendí.
Y preguntar: ¿cuál es la solución a semejantes
interferencias al funcionamiento de una nación? ¿Qué es admisible y qué no? ¿Con
qué herramientas de defensa cuenta un estado de derecho?
Los autores inventan un magnate multimedio, Magnussen.
Lars Mikkelsen
en el papel de Charles Magnussen, en “His Last Vow”.
En una presentación de alta calidad y extremadamente
popular, los autores introducen al público la disyuntiva ética de un estado de
derecho frente a personas con una alta concentración de poder, inescrupulosas y
que ocasionalmente brindan servicios a los miembros del poder político y otras tantas los chantajean. ¿Cómo proceder? ¿Cuánto admitir y cuánto no?
El magnate expresa con claridad que considera a los
británicos domesticados, “herbívoros”[8], y
describe a GB como un excelente laboratorio para poner a prueba sus excesos,
para luego, en caso de éxito, extender la nueva práctica al resto del globo.
Puntualmente afirma que GB es una cápsula de Petri.
Charles Magnussen exterioriza su opinión sobre Gran Bretaña ante un atento Sherlock Holmes, en “His Last Vow”.
El estado de derecho puede ser un terreno fértil
para todo tipo de abusivos, prepotentes, bullies, si los ciudadanos que no lo son no cuentan con mecanismos de defensa adecuados.
La mera existencia del estado de derecho es una
afrenta y un desafío para los totalitarios, los teócratas, los autócratas,
porque es un ejemplo que su pueblo sometido puede querer imitar, poniendo así
en riesgo su propia existencia. ("Oíd mortales, el grito sagrado, Libertad, Libertad, Libertad").
Es por eso que los autócratas nos quieren llevar siempre a su
terreno. El terrorismo es un claro caso, obligarnos a pelear con sus armas y no
con la ley.
Presentar la otra mejilla, no es, a mi entender, una
solución admisible. Es naif, y, básicamente, seguro camino a la derrota.
Uno termina vencido, y dando lugar a otro autócrata,
quien se presentará como el salvador.
En la serie, un alto jerarca del gobierno, defiende
la tolerancia a personas como el magnate, ya que las considera útiles, a la vez
que admite que éstas son lo suficientemente inteligentes para no meterse con
los verdaderamente poderosos[9], y
termina su justificación, calificándolos como meros “hombres de negocios”.
Los autores de la serie dan una solución al desafío
que Magnussen/Murdoch plantea al estado de derecho.
Como no soy una persona sensible a las sutilezas, se
me escapa si la dupla Gatiss/Moffat tiene una intención crítica o complaciente.
Sea como sea, estoy de acuerdo con el desenlace.
Como sostiene el personaje Mary Morstan, “...por eso
existe gente como yo”.
Invito a ver la serie, que actualmente ofrece
Netflix y proponer cómo solucionaría cada uno el desafío que los Magnussen de este mundo
imponen a las naciones regidas por un estado de derecho.
Murdoch, corolario
Finalmente, a pesar de sus múltiples violaciones
penales, Murdoch no fue preso. Pagó indemnizaciones a algunos, se le arruinó el
negocio BSkyB, se divorció de Deng y poco más.
Sin ser una experta en política británica, deduzco
que alguien no quiso que la red de telefonía, televisión e internet fuera
manejada por chinos.
En particular porque la existencia de empresas
chinas es una gigantesca ficción. El estado chino es dueño de todo en un país
comunista.
Si no hubiera sido por esa pretensión, Murdoch
seguiría escuchando las conversaciones de MP’s y lores, y, supuestamente,
sacando provecho de ellas, con el solícito auxilio de la policía.
A veces, los Murdoch/Magnussen/Magnetto dan un paso
demás.
¿Murdoch? Murdoch se va a casar. Es su manera de
decir que sus negocios chinos pasaron a la historia. Sabe cuando recular en
ojotas.
[8] Nota
de la autora: discrepo con tal categorización. Considero al pueblo inglés como
un pueblo guerrero que ha sabido defender su estilo de vida todas las veces que
fue necesario, con altos costos.
[9]
Habría que ver, en el caso de Murdoch, si es estrictamente cierto. Publicar
conversaciones íntimas del Príncipe de Gales, indican que, o bien el príncipe
no es tan poderoso, o estos personajes a veces sí, cometen errores.
Esto es un
pedido a los productores y directores de la televisión argentina, respecto a
los noticieros, canales de noticias y programas de actualidad política.
No soy del
gremio. No entiendo. Soy una televidente. Público. La que consume (o no) lo que
emiten.
Y no me
gusta lo que veo. Es pobre, berreta, de cabotaje, chanta, mal intencionado,
viejo, obsoleto, vetusto.
Es de mala
calidad no sólo respecto a los noticieros y canales de noticias del primer
mundo (Francia, España, BBC, Alemania, RAI o cadenas norteamericanas).
Es mala
respecto a la televisión de Uruguay, Colombia y la misma Telesur.
Falta de
muñeca
Luego de
las elecciones del año 2015 pensé que los productores iban a entender que el
ánimo del público, y sus gustos habían cambiado.
Hubo
preavisos. Las marchas del año 2014 y la del 18/02/2015 en homenaje al
asesinado Fiscal General Alberto Nisman.
Hubo
tiempo. La primera vuelta electoral fue en octubre. Dio tiempo a todos los
responsables de programación para reevaluar lo que emitían y prepararse para un
formato nuevo.
Luego pensé
que durarían hasta el 31 de diciembre, fecha previsible de finalización de los contratos, pero
que ya para las fiestas estarían anunciando la nueva programación de enero.
Nada.
El público
explicita taxativa y estadísticamente una nueva preferencia y los canales de
televisión no lo registran.
Raro.
O no.
Porque tal vez los canales no viven del rating (el que decide si una fábrica de
detergente les pone un aviso o no) sino de otros ingresos, (el estado o
venderles chivos a los políticos).
Es la única
explicación para la falta de conexión de los responsables de programación y el
públicos.
Todo lo que
está mal
Detallaré,
con el fin de colaborar y que los canales emitan lo que a mí me gusta, todo lo
que veo mal en los noticieros, canales de noticias y programas políticos.
Es tanto lo
que está mal, que no sé por dónde empezar. Así que lo haré desordenadamente.
Los decadorados
son berretas. Los presentadores están mal vestidos, peinados y maquillados. En
particular, a las damas, las visten como si fueran a ir a una bailanta de mala
muerte. Mujeres feas y gordas (lo que no impediría en absoluta su trabajo)
vestidas como veinteañeras modo sábado a la noche. Ruedo corto, colores
chillones, ropa brillosa, ruedos irregulares, blusas con hombros al aire. Todo
da una imagen de falta de profesionalismo.
Aventuro
que la razón es que los canales no gastan dinero en uniformes y las visten con
canje, canje con locales berretas, de ropa hecha en China o en talleres
clandestinos. Berreta sub-berreta.
Contrasta con
la pulcritud de los noticieros de todos los países desarrollados y de Telesur.
Con este último canal puedo tener divergencias de contenido, pero sus
presentadores visten bien, hablan pausado y claro, en castellano entendible, y
sólo presentan la noticia. No comentan si se pelearon con el cuñado.
El
comportamiento de los presentadores es inadmisible. Largos minutos hablando de
temas personales. Chascarrillos internos. Supuestos bloques de humor (lejos de
tal condición), con el claro objetivo de hacer tiempo. Más allá de ser un humor
mediocre e inimaginativo, es ejecutado por amateurs, lo que lo convierte en
patético. Pienso en particular los
bloques de Nelson Castro y el bloque de VanderKooy y Blanck. Pero no son los
únicos.
La
producción es pobre. Noticias mal investigadas, falta de cámaras, inexistente
cobertura del interior, no solo de profesionales propios, sino que los canales
de noticias ni siquiera han desarrollado una red free-lance en el interior del
país.
Claro caso
fue cuando el atleta Dr. Crismanich ganó la Medalla de Oro Olímpica. No había un solo
medio que estuviera en Corrientes para cubrir una nota a su familia. En
contraste, la televisión colombiana cubrió perfectamente la algarabía de
familiares y vecinos frente al triunfo de la atleta Mariana Pajón (ciclismo).
La falta de
profesionalismo se comprueba en todos los rubros. Cuando es el momento de cubrir
el Dakar, Fox tiene una sola persona que habla inglés (Fossaroli), el resto
balbucea pocas palabras, incluido el enviado de Canal 7. Un torneo con una alta
participación de corredores franceses hubiera hecho pensar que tendrían 1 (uno)
que hablara francés. No.
Es
indispensable que cuando hay que cubrir un evento internacional, se le tome un
examen de aptitud a las personas que envían. Es básico. En la Argentina hay muchas personas que hablan
idiomas extranjeros. Cualquiera lo haría mejor. Por ejemplo, llamar a los
egresados del Liceo Francés o a las personas que terminaron la Alianza. Y ver
si alguien hace periodismo. O, dado que hace
años que se hace en el país, pagarles clases a los enviados.
La
cobertura del mundial de football en Brasil es particularmente descriptiva. Los
canales enviaron decenas de personas, con un considerable gasto. Ninguno sabía
nada, parecían cualquiera de nosotros hablando con un compañero de oficina, parando a las
personas por las calles para las preguntas más ordinarias. Sin embargo ninguno
(o casi ninguno) sabía hablar inglés. Por lo que si se llegaban a cruzar con algún
jugador extranjero estaban totalmente imposibilitados de elaborar una pregunta. Todo es de
cabotaje, porque no tiene más bloque internacional. Hace muchos años atrás,
teníamos enviados internacionales nuestros cubriendo distintos eventos en el
mundo.
Ahora ni
siquiera hay un bloque internacional relevante en ningún noticiero (no importa
la ideología). No hay. Ni siquiera comprado en paquete al exterior. Tiene que
suceder algo totalmente extraordinario para que lo pasen.
Las
noticias son de un cabotaje exasperante. Horas y horas por un asalto en Lanús.
Puterío. Y una falta absoluta de criterio para mensurar la importancia de las noticias.
Si ya no
existen profesionales con esas habilidades, sugiero que copien los formatos de
los noticieros extranjeros, hasta que se reaprenda el arte. Bloque
internacional, bloque político nacional, bloque económico, noticias del
interior del país, judiciales/policiales, breve bloque de notas de color. No es
tan difícil. Una lega como yo lo sabe.
El punto
insoslayable son las personas que vemos en la televisión. Hay personas que se
deben ir. Que los asociamos con lo que se
fue. No sólo en Canal 7. En TN, en América, en Canal 26. Ya está, no los
queremos ver más. Nadie dice que no trabajen. Pero no pueden estar más en los horarios centrales. Que subsistan en Metro, como muchos buenos periodistas tuvieron que hacerlo por doce años.
Son
personas asociadas con el régimen que se fue. En el caso de TN si bien estuvo
en la oposición, no fue así los primeros años, y las caras visibles están indefectiblemente asociadas con ese ida y vuelta. Resulta obvio
en algunos casos la falta de profesionalismo y aptitud para cubrir esas posiciones
(vocabulario reducido, errores de dicción, errores de concepto, falta de
cultura general y a veces desconocimiento mínimo sobre el entrevistado o el
tema a tratar).
El formato
de los programas de política es calcado. Reciben funcionarios o candidatos, los
cuales se repiten a todo horario y canal. Resulta sospechoso esa falta de
figuras con conocimiento específico en los temas o la falta de pluralidad. El
primer pensamiento es que estos anfitriones alquilan los espacios al mejor
postor, y el que está dispuesto en poner dinero resulta invitado. Presumo, asimismo, una enorme haraganería en buscar expertos o profesionales en el tema.
Con raras excepciones, como puede ser Odiesea Argentina, que no tiene invitados
convencionales y sí expertos en tal o cual tema.
Es
llamativo la falta de tiempo dedicado a los problemas internacionales. En un
país que debería vivir de la exportación, y con dos conflictos internacionales
abiertos, Malvinas e Irán, nadie es invitado a explicar a la población, los
cambios que se producen en el mundo, los bloques políticos o económicos que se
conforman o los impactos que tendrán en nosotros. Cabotaje.
Que me
gustaría
Quisiera
que todos los periodistas jóvenes que fueron excluidos de la TV tuvieran su
posibilidad.
Me gustaría
que se vayan los viejos que fueron cómplices canallas durante doce años K, tomaron posición pro o
anti Clarín al final y le hicieron campaña a Scioli.
Que los
carcamanes, como sea que piensen, se vayan.
Que los que
venden espacio, como Montenegro, que tuvo día por medio a un tal Lorenzino (personaje menor si los hay), u O’Donell,
se vayan.
Que los presentadores y anfitriones sean
profesionales en cámara. Cero comentarios personales. Que a las damas las
vistan bien. Si no tiene dinero en la producción, un (1) traje sastre, ruedo a media
rodilla, bien peinadas, y punto.
Que los
noticieros tengan un formato convencional. Con bloques fijos. Si no saben cómo
hacerlo, hasta que aprendan, que copien cualquier noticiero español o de la
BBC.
Que sean
sobrios. Tipo Prat Gay. Sin chascarrillos, sin chistes, sin comentarios
personales. Sólo presenten la noticia. Y que la producción trabaje. Que las
noticias estén bien elaboradas.
En cuanto a
los canales de noticias, que tengan tiempos prepautados sobre el tipo de
noticia. No puede ser que desaparece una adolescente con exceso de actividad
hormonal y estén 24x24. Mientras tanto pasan cosas, tiran un avión en Ucrania,
hay un terremoto en Japón, destituyen algún intendente en alguna provincia,
destraban la importación de carne argentina en EEUU.
En cuanto a
los programas políticos, el sistema de alquiler de espacios es evidente y
desmotiva al televidente. Denle producción a los anfitriones y que sea invitada gente que sepa. El país necesita pro-fe-sio-na-lis-mo, en todos los órdenes. Si hablan de química, que venga un
químico, si hablan de relaciones internacionales, un egresado de la carrera
diplomática, y así. No es difícil. Resulta exasperante que en un noticiero llamen a, por ejemplo, un zoólogo, para preguntarle por tal o cual plaga, y sea interrumpido por la presentadora del canal, que le discuteal pobre hombre, como si pudiera.
Y
básicamente, darle lugar a caras nuevas, con contenidos nuevos y formatos
nuevos. (Por favor, no imiten el berreta decorado de PTP).
Nombres
nuevos que conozco: Luis Gasulla, Emilia Delfino,
Rodrigo Alegre, Nicolás Lucca, Luis Gasulla, Christian Sanz, José M. Stella,
Ignacio Montes de Oca, Federico Poore, Ramón Indart, Virginia Messi, Juan
Manuel Bordón, Gustavo Grabia, Nicolás Wizñaki o, una persona con trayectoria e
injustamente marginado, Matías Longoni. Seguro hay muchos más, pero puse a
quienes leo y sigo. Existen numerosos periodistas del interior que no tienen
oportunidad alguna en los medios capitalinos, cuando hoy es perfectamente
posible grabar, con la misma calidad, en Córdoba, Santa Fe o Posadas.
Hay
material humano para cambiar de cuajo los formatos y los contenidos. Supongo
que de igual manera hay un ejército de productores, que pueden jubilar
definitivamente a los Blanck, Morales Solá, Nelson Castro, Montenegro u O’Donell,
caras visibles de una operación mediática, que tenía como único objetivo,
quebrar nuestra voluntad. Verdaderas quintas columnas.
Vaya aquí
mi aporte como televidente.
Quiero
calidad, quiero que los canales gasten dinero en producción y en particular, en
selección de personal.
Espero que se termine el tiempo que para tener un lugar, lo
imprescindible sea ser alcahuete, y pase a ser importante, ser profesional.
Espero que tengan que hacer buenos programas y conseguir publicidad, sin vivir de la pauta oficial. Y si ésta existe, que exija, al menos, el mismo nivel de profesionalismo de la tendenciosa Telesur.