Arrepentida
Lucas Cranach el Viejo, 1537, Gerechtigkeit |
En los
medios de comunicación están insistiendo con la ley “del arrepentido” o de
“delación premiada”. Supongo que por los supuestos buenos resultados en Brasil.
Un mecanismo para meter presos a los que hacen desvíos de fondos públicos.
No estoy de
acuerdo con que se aplique en Argentina y trataré de exponer las razones.
DISCLAIMERS
Aclaración
1: No soy abogada, no sé de leyes y no sé de derecho penal ni derecho procesal
penal. Mis objeciones son de una ciudadana de a pie.
Aclaración
2: Estoy de acuerdo con las intenciones que se persiguen, esto es meter presos
a los que robaron y que los actuales gobernantes sepan que a ellos también les
puede pasar, como método disuasorio de futuros atracos al Tesoro de la Nación.
"La Mariposa" de Celedonio Flores y Antonio Maffia por Aníbal Troilo,
No es que esté arrepentido
de haberte querido tanto;
lo que me apena es tu olvido
y tu traición
me sume en amargo llanto.
¡Si vieras! Estoy tan triste
que canto por no llorar...
Si para tu bien te fuiste
para tu bien
yo te debo perdonar.
...
Objeciones
En primer
lugar, son éticas. Si alguien cometió un delito, debe recibir la pena que la
ley prevé, y de acuerdo a su participación en la organización criminal.
Si alguien
colaborara con la Justicia, una vez imputado, se puede contemplar una reducción
de pena. De hecho el código penal establece máximos y mínimos. Al que colabora
se le puede dar el mínimo, y punto.
No estoy de
acuerdo con que las fiscalías se conviertan en un mercado persa, donde se regateen
las penas, como vemos en las películas norteamericanas. Porque entonces, un crimen que está tipificado y tiene una pena regulada (como lo establece la
constitución, que el delito sea penado con anterioridad al hecho), pasa a ser relativo, negociable, vendible. El relativismo que
tanto odio.
En el fondo
creo que es peor el mercadeo de penas que no castigar en absoluto, como sucede ahora. Porque a la
corrupción que significa delinquir, se le suma la mirada relativista y
regateadora del Estado. El Estado deja de ser el que imparte la ley y
Administra Justicia, y pasa a ser el que la negocia con delincuentes. Todo mal
desde el principio.
La segunda
objeción es práctica.
Supongamos
por un momento que decidimos que el fin justifica los medios (SPOILER: de ahí
no se vuelve). ¿Qué esperamos que
suceda? Segundo SPOILER: con este sistema judicial, de procuración y
policial: nada.
¿Qué es un
delator? Alguien que pasa de acusado a denunciante. Veamos el destino que
han tenido algunos denunciantes en la República Argentina.
Dr. Natalio
Alberto Nisman: de público y notorio.
Brigadier Rodolfo
Echegoyen: fue asesinado de un tiro en la sien. Ex Director de Aduana renunció
peculados.
Subcomisario
Jorge Omar Gutiérrez: asesinado en un tren de pasajeros. Nunca pudieron llevar
a juicio a los asesinos, a pesar de ser la víctima hermano de un intendente del
conurbano[1]. Investigaba
delitos de contrabando.
Motorman Leonardo
Ariel Andrada: testigo en la causa del estrago en el Tren Sarmiento.
Estos son
casos que involucran a pesos pesados políticos (la lista de testigos y
denunciantes muertos desde 1983 a la fecha es de cientos de personas y sólo en
casos federales[2]). Veamos
casos de la justicia ordinaria:
Profesor
Hernán Bernal: denunció que en su escuela en General Rodríguez se vendía droga.
Sra. Norma
Bustos: denunció que se vendía droga en su vecindario en Rosario. Primero
asesinan a su hijo como represalia y luego a ella.
Resumen: la
Justicia no cuida a los testigos.
Nadie en su
sano juicio querría ser un “delator premiado” en Argentina, porque el sistema
que cubre a los políticos corruptos está integrado por policía, fiscales y
jueces delinquiendo en consuno y cubriéndose mutuamente. Y, por la mini muestra
que aporté, han asesinado uniformados, fiscales, jueces[3],
periodistas[4].
No hay seguridad alguna para el ciudadano de a pie.
Seamos
serios: ¿cuánto tarda el delatado en enterarse de una delación? Desde el mismo
juzgado lo llaman o llaman al abogado defensor.
Además, la
delación premiada, es el atajo a la haraganería. Las pruebas están. De todo.
Sólo hay que trabajar. Pero no hay ninguna voluntad de investigar, ni de los
fiscales, ni de la policía. Porque saben que la instrucción es castigada y la
no instrucción es premiada. Por último, cabe aclarar, que con el actual cuerpo
de peritos de la corte, no se puede investigar nada. No sirven. Ninguno. Son vagos
y coimeros.
Así que no
estoy de acuerdo. No me parece que el secretario de Cristina Fernández zafe por
delatar a su ama. Que vayan presos ambos. Y aquél que colabore, que le den la
pena mínima.
Propuesta
Sí estoy de
acuerdo con premiar a los testigos que aporte pruebas de corrupción. El 20% del
dinero rescatado. Habrá horda de secretarias, ex esposas, ex amantes,
hijastros, mucamas, ex socios, empleados administrativos, etc. que pueden aportar
información en detalle.
Así acabó
la Argentina con el contrabando en la década del sesenta. Y funcionó.
A los
criminales, la pena tipificada.
Otro Sí Digo I
La ley del
arrepentido demuestra la berretada de nuestra clase política. Saben que tienen
que dar una respuesta a la población, o por lo menos a su electorado. Y no
tienen ni imaginación, ni agallas. En lugar de generar las condiciones para que
los jueces, fiscales, policías y peritos trabajan con directivas políticas claras,
nuevamente, hacen juego para la tribuna, con una herramienta ajena al sistema
instalado y que termina dejando al denunciante como eslabón más endeble (y
futura víctima, como en el caso Di Natale).
Otro Sí Digo II
No hay
forma que hable un imputado de un delito de cuello blanco si no está preso.
Existe un historial en nuestro país que los garcas NO VAN PRESOS. Mientras
esperan el proceso tienen un coro de abogados defensores, contadores,
co-criminales, que le aseguran que nada va a pasar. Y tienen razón en el 95% de
los casos. ¿por qué colaborarían con la justicia?
Distinto es
si tiene que esperar el proceso en prisión. En ese caso el garca de cuello
blanco ya no es tan duro para creerle al contador o abogado, ni a sus socios.
Sin prisión
preventiva, no habrá colaboración. Que se olviden. Oderbrecht habló en prisión.
No antes. Y para eso tienen que cambiar el código procesal. Que es lo que hay
que hacer.
Otro Sí Digo III
Puse los nombres de las víctimas para que no desaparezcan de nuestras memorias.
[2] Un
caso emblemático es el de la “arrepentida” Lourdes Di Natale. La jueza (¿?)
Palmaghini declaró que se trataba de un suicidio. Luego durmió durante un año
el expediente del asesinato del Dr. Nisman.
[3]
Juez Jaime Far Suau, a cargo del caso de la mutilación del cadáver del General Juan
Domingo Perón.
[4]
Sr. Evaristo Alonso, a cargo de la radio de Tres Arroyos, que denunció la red
de encubrimiento del asesinato de Nair Mustafá.
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