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jueves, 19 de noviembre de 2015

EL DÓLAR – EL CEPO - Las declaraciones de la presidente.
Hace unos días la presidente hizo alharaca de haber vendido dólares baratos por miles de millones, sin decir que al comprarlos a menor precio, perjudicó en miles de millones de pesos a los exportadores.
Perjudica a unos ciudadanos para favorecer a otros. Confiscación y transferencia no fundadas en ley.
El gobierno se ufana de haber vendido dólares ahorro.
Como paga por el dólar menos que el precio que los poseedores de dólares pretenden, cada vez tiene menos dólares para comprar.
¿A quién se los vende? El gobierno tiene que administrar a quien sí y a quien no vender los dólares comprados a los exportadores. Recordamos que esa compra es un robo, porque los compra a menos de lo que valen. No es un impuesto estrictamente. Un impuesto ingresa a las arcas del Tesoro. Esta diferencia que se le quita a los exportadores, es repartida por el gobierno a quien éste desee.
¿A quién quiso favorecer el Gobierno este año 2015?
A algunos importadores sí. A otros no. Con un criterio a piacere. Ejemplo: los electrodomésticos tienen. Será porque la familia Kirchner es dueña de Garbarino. Los ensambladores de Tierra del Fuego también. Porque es manejado en su totalidad por testas de funcionarios. Se prohibió girar dividendos. Se prohibieron otras importaciones. Lo que abrió un mercado de coimas para autorizarlas con cuenta gotas. Se subsidió el turismo en el exterior, para fortalecer la lealtad de la tropa propia, y para hacer proselitismos en grupos sociales originariamente adversos.
Y el dólar ahorro.
¿Quién quiere dólares? ¿Para ahorrar y atesorarlos en el país, o sacarlos al exterior?
Pregunta: Si usted es un funcionario corrupto y faltan 11 meses para terminar su mandato y quiere sacar dinero mal habido y depositarlo en el exterior, ¿cuánto quiere que valga el dólar? Contesto yo: lo menos posible.
Si necesito esconder que estoy comprando miles de millones de dólares a un precio subsidiado, ¿Qué hago? Lo escondo ¿cómo? Como en el cuento de Chesterton, la mejor forma de esconder una hoja caída es en un bosque en otoño. La mejor forma de esconder un cadáver es en una batalla. O el cuento de Poe: poner la carta a la vista de todos.
Y siempre va a haber personas que quieran ahorrar parte de su salario o hacerse unos pesitos vendiéndolos en el mercado negro.
Pero no lo duden, la mayoría de esa brutal transferencia de miles de millones, que se hizo comprándole a los productores a menos de su valor, y vendiéndolo a particulares a menos de su valor, el mayor beneficiado, fueron funcionarios públicos y sus eternos socios: los contratistas del Estado.
Y el ejecutor de ese despojo es el Estado.
Y los prebendarios de siempre, que ponen y sacan gobiernos, siempre quisieron dólar barato, porque su gran negocio es venderle al estado y sacar las ganancias al exterior y por eso siempre necesitaron un tipo de dólar barato, para que el dinero que cobran del estado, les rinda más en el exterior.
Siempre usaron la misma excusa extorsiva: un tipo de cambio barato es comida barata, para obtener la adhesión de la población. Para eso tienen un coro de pseudoeconomistas, políticos y funcionarios, repitiendo desde hace décadas la misma cantinela. La verdad es otra: el salario puede acompañar los precios. Las divisas a depositar en Uruguay, Suiza o un paraíso, no.
No.
Un tipo de cambio barato favorece a prebendarios y funcionarios corruptos. Más allá de socios ocasionales, que puedan beneficiarse.
Todo el cepo y el control de cambios, como todo con esta gente, fue un gigantesco timo.

PD: Una breve reseña de qué es un tipo de cambio fijo, un tipo de cambio variable, y quiénes se benefician de uno u otro:


MÁS DE LO MISMO – EL DÓLAR FIJO ES UN IMPUESTO A LOS PRODUCTORES AGROPECUARIOS QUE NO PASÓ POR EL CONGRESO
Trataré de decir en pocas palabras lo que se ha dicho infinidad de veces en la Argentina. Pero como parece que siempre los mismos terminan haciendo las mismas cosas, habrá que repetirlas.
Todo lo que se podía decir sobre el control de cambios, lo dijo el Dr. Jorge Ávila en “El Control de Cambios en la Argentina” (FIEL, Manantial, 1989).
Pero allá vamos.
El dólar es una divisa, como lo son los euros, los yenes o los soles. Y las divisas son cosas que se compran, como los ladrillos, o los libros o los autos.
Existe para un gobierno tres formas de tratar el mercado de cambios:
1.     No hacer nada. Dejar que los que tienen divisas se las vendan a los que las quieren en las cantidades y precios que se les antoje y que la contraparte quiera pagarles.
2.     Definir el precio. Es lo mismo que definir el precio del minuto de comunicación telefónica local, o el precio de un FOCUS o el precio de la lamparita de 30 w. Luego vemos qué significa esto. Puede ser un precio que se mantenga fijo por años, o la autoridad monetaria definir un (1) precio distinto por día.
3.     Intervenir pero poquito. Dejar que fluctúe entre precios preestipulados (públicos o no). Y ese rango puede ser fijo o moverse en el tiempo.
4.     No hay más.
Cualquiera de las tres conductas tiene enormes implicancias para la economía. Determina si una persona o empresa gana o pierde dinero, si se hace multimillonaria o quiebra. Se le pasa riqueza de unos a otros.
Además, como todo gobierno puede determinar el precio, pero no la cantidad, si el precio está alejado de lo que las personas quieren hacer, empiezan a no vender o a no comprar.
El control del mercado de cambios ha sido la norma de todos los gobiernos en las últimas décadas.  No sólo durante el peronismo, 1946/1955, sino durante la dictadura 1955/1973, donde los distintos gobiernos fueron por demás imaginativos en su afán de perjudicar a su pueblo, al que le deben servir, llegando incluso, durante el gobierno de Illía, a confiscar los dólares de los particulares en las cajas fuertes. Y así fue desde 1973 a hoy, con muy breves interregnos de dólar de flotación libre.
Todas estas intervenciones siempre fueron acompañadas, aplaudidas y fomentadas por el FMI. Porque al FMI no le importa la libertad ni la propiedad de las personas, sino la felicidad de los burócratas.
Seguro que la actual política no tiene mayores objeciones del FMI.
Todo fue siempre un desastre.
¿Por qué fue y es un desastre?
¿Por qué está mal éticamente?
¿Por qué es violatorio de la Constitución Nacional?
Si el Estado interviene en el mercado de cambios para algo distinto de comprar las divisas que necesita para sus usos particulares (compra de insumos, pago de servicio de deuda externa, ahorro), necesariamente está actuando para favorecer a un grupo a costa de otro. Favorecer a unas personas o empresas y transferir esa riqueza a otras.
Si la divisa está más alta que lo debido, favorece a los exportadores. Eso sucedió a fines del SXIX, cuando luego del boom de exportaciones, el precio de la divisa se desplomó (pocos estaban interesados en cambiar el dinero) y el gobierno, para proteger el beneficio de los productores agropecuarios (y que no se desplome al exportación), inventó la convertibilidad. Para que la divisa NO baje.
Luego se inventó la mejor forma de sostener el tipo de cambio, esto es, utilizar las divisas para financiar el más fenomenal programa de inversión que nunca tuvo el país: red ferrroviaria, escuelas palacio, hospitales, edificios públicos, e inversión tranqueras adentro (corrales, pozos, compra de padrillos, aumento de planteles, maquinaria agrícola), crecimiento urbano, inversión en industria y comercio, puertos, y, la más redituable, la creación de una flota propia para mover nuestras propias exportaciones.
A fines de 1946 la Argentina tenía la tercera flota mercante del mundo. Ese fue un proceso que comenzó con el siglo. Hoy no tenemos flota mercante.
Con esas inversiones, hubo una sostenida demanda de divisas y el Estado dejó de ser el único comprador de las divisas que los exportadores deseaban vender.
A partir de 1930, los mercados de cambio se vuelven locos en todo el mundo. De a poco los países abandonan el patrón oro y existen diversas estrategias (fallidas) para no importar una crisis que barrió a todos.
Luego de la segunda guerra mundial, las potencias inventan el FMI y tienen diversas estrategias para el mercado de divisas.
Vamos a lo nuestro.
Quienes venden divisas son: los exportadores, los inversores extranjeros que quieren traer plata para hacer algo acá, los que se endeudan con el exterior (privados o estado), los que tiene ahorro en el exterior y quieren traerlo por alguna razón.
Quienes compran son: el estado, para servir la deuda externa, los importadores, los que quieren girar dividendos al exterior, los que quieren ahorrar en dólares. En este último caso si son particulares, puede ser para atesorar acá o llevárselo al exterior, si es el estado son reservas del BCRA o activos del estado en divisa.
Si todos compran o venden a su antojo, habrá un precio de la divisa que se determinará por las voluntades de las partes. Puede bajar temporariamente un poco cuando se venda el producido de la cosecha o subirá si hay algún vencimiento de deuda externa y no se compró con antelación. Excepto estos eventos excepcionales, las variaciones se darán si: el gobierno emite pesos, entonces hay presión de los que quieren huir del peso y comprar divisa, o si hay un volumen excepcional de gente que quiere traer divisas del exterior para invertir acá (en obras, en compra de bienes o simplemente para especular en pesos).
Todo hasta acá es blableta.
Vamos a lo importante.
Si el gobierno decide fijar un tipo de cambio más alto que el que voluntariamente decidirían los actores, el grupo que gobierna toma una acción para favorecer a aquellos favorecidos. Tal vez no sean todos los favorecidos los aliados de los gobiernos. Tal vez sea uno solo de ellos y los otros van gratis. Pero se usa el poder coercitivo del estado para favorecer un grupo. Ejemplo: si soy socio de extranjeros que se quieren quedar con empresas argentinas o que quieren hacer inversiones en la Argentina, pongo un tipo de cambio alto. La presidente de Brasil le pidió a Fernández que VALE tuviera un tipo de cambio alto para que sus inversiones le salgan más baratas.
Si el gobierno pone un tipo de cambio bajo, favorece a los importadores y a los que quieren comprar dólares para sacarlos del país (como dividendos o como ahorro propio) o para que le salga más barato servir la deuda externa.
¿Por qué?
Porque le está pagando a los exportadores menos dinero que el que les pagaría si estos vendieran libremente. Es un impuesto que no pasó por el Congreso.
Entonces, por ejemplo el pago de la deuda, lo pagaría en parte el presupuesto nacional pero en otra parte los exportadores, quienes cobran menos por su producto, y parte de eso es aprovechado por el Estado.
Como esto es un abuso, - me quedo con parte de la riqueza de una persona sin que exista una ley que lo avale -, es anticonstitucional. Y nadie dice nada.
Para que esto prospere, deben ser varios los que se beneficien y soporten estos abusos.
Como es natural que el esquilmado no lo quiera ser, empieza a seguir estrategias para minimizar pagar este impuesto ilegal: contrabandea, cambia la producción (ej. Carne para el mercado interno y no cereal para exportar), produce menos, ahorra en especie.

Y el Estado aumenta las medidas coercitivas: obliga a los exportadores a la liquidación de divisas hasta llegar a tomar cualquier medida para quedarse con los dólares ajenos. Ejemplos: la confiscación de dólares de Illia o la rotura de silobolsas ahora.
Como el tipo de cambio FIJO significa ni más ni menos un Estado (no es algo etéreo, detrás hay burócratas, lobbistas y funcionarios honestos o corruptos) decide favorecer a unos ciudadanos y empresas perjudicando a otros, sin en el amparo de la ley, es una práctica que considero contraria a la libertad de las personas, al derecho de usufructuar su riqueza, un timo y una violación a nuestra Constitución Nacional.