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domingo, 27 de diciembre de 2015

Ruralidad - Comunicación y Propaganda - Propuestas - Parte II

Hacia una mayor participación política de la Ruralidad
Propuestas para una mayor intervención de los habitantes de las zonas rurales en la vida política de la Nación Argentina

Parte II – Propuestas – Comunicación y Propaganda
Políticas comunicacionales de la ruralidad
El sistema prebendario tiene en funcionamiento un mecanismo de relojería, ya descripto, que implica medios de comunicación, profesionales propagandistas/comunicadores, profesores universitarios, asesores, opinadores y funcionarios.
Estos últimos años se ha reforzado la implementación del discurso único mediante la modificación de los textos de estudio en primeria, secundaria, CBC y carreras específicas.
Así como hace décadas atrás, en las primaria estudiábamos que la riqueza de la Argentina venía del trigo, se hacían composiciones sobre “La Vaca” y nos enseñaban que la Argentina exportaba, actualmente no sólo no se les enseña a los niños y adolescentes sobre la fuente de riqueza del país, sino que tampoco se enseña la historia de la Revolución de Mayo ni los postulados de Libertad, tanto económicos como políticos de nuestros próceres.
Por el contrario, se les enseña que para mantener fuentes de trabajo, se debe cerrar la economía, lo que se demostró empíricamente que es falso. Sin embargo se repite ad nauseam.
No es casual. El slogan “vivir con lo nuestro” requiere la supresión ideológica de San Martín, Belgrano, Moreno, Alberdi y Bolívar.
En estos últimos años se ha llegado al extremo de suprimir la primera estrofa del Himno Nacional. “Libertad, Libertad, Libertad”. No sólo desde el gobierno, sino desde fuentes civiles a priori insospechadas como la UAR o la Federación Argentina de Hockey sobre Césped. En efecto, las versiones enviadas a las federaciones internacionales contienen sólo la introducción instrumental y el estribillo, pero no la estrofa ideológica. ¿Gloria para qué? Para la Libertad.
Pero no lo dicen.
Por lo tanto, la contraofensiva, esto es, enseñar a la población que la prosperidad, el futuro y la riqueza yace en la exportación, requerirá la reversión de todos los mitos instalados por el sector "proteccionista" por décadas de monopolio de las cátedras y medios de comunicación del país.
Todo maestro primario o profesor secundario del país está convencido que para generar trabajo hay que impedir la importación de bienes.
Nadie tiene en el cerebro que la prohibición de exportación de carnes terminó con 18.000 puestos de trabajo.
Nadie conoce el trabajo del Profesor Marcelo Regúnaga sobre los puestos de trabajo que puede generar la exportación de lácteos, en particular quesos.
Por lo tanto, armar un plan de comunicación requiere de profesionales en la materia, que abarquen todas las áreas, incluidas las educativas, y sobre todo, la decisión de los distintos sectores que componen el complejo agropecuario de gastar mucho dinero durante mucho tiempo en esta empresa.
El daño provocado ha calado profundo y abarca a toda la población, de todos los sectores sociales y educativos y de todas las geografías, incluso las rurales.
Por lo tanto el desafío es que la población desaprenda y vuelva a conocer los beneficios de la Libertad, tal nos precepta el Preámbulo de nuestra Constitución.
Desordenadamente enumeraré las diferentes medidas que deben tomarse en el plano educativo y en el de los medios de comunicación.
En cuanto al educativo, el destrozo es feroz. Deben reescribirse todos los manuales de Historia y Geografía. Propongo además que se enseñe a los niños y adolescentes sobre las tareas rurales. Que va desde visitas guiadas para que se enteren que hay que levantarse a las 4 de la mañana para ordeñar las vacas y que para obtener tomates hay que doblar el lomo.
Debe ser integral, enseñar nuestros héroes del SXIX y sus ideales de libertad y libre comercio. Pero también enseñar cuánto se exportaba en la década del ’50 y ’60. Qué cosas, cuánto y a qué países. Para que vean que nuestro país, cuando los sectores populares fueron más ricos, exportaba.
Enseñar qué se produce y qué se exporta en cada región. Incluye difundir la complejidad de la tarea rural, lo que los pobladores urbanos ni sospechan.
No sólo los jóvenes sino los adultos. El mito de “se tira una semilla y crece el trigo” va desde lúmpenes en una villa miseria de Florencio Varela, a un diputado del PO, pasando por la ex Presidenta de la Nación.
Por lo tanto hay que acercar a los jóvenes urbanos a la dificultad de la tarea rural. Que sepan todas las variables que debe tenerse en cuenta para cuidar un rodeo vacuno. Y que para cultivar girasol deben tenerse conocimientos orográficos (pendiente del suelo), hidrográficos, fitosanitarios, calcular la cantidad de nutrientes y pesticidas que deben agregarse y los cuidados requeridos por meses.
Que hagan sus ejercicios de matemática, regla de tres simple, calculando la cantidad de fósforo por hectárea que debe aplicarse.
Esto implica no sólo cambiar todos los manuales, sino reeducar maestros y profesores de secundario. Todos ellos están imbuidos en la cultura dominante (“vivir con lo nuestro”), por lo que debe reeducárselos de una manera amable para que no despierte actitudes refractarias. No sé cómo se hace. Se me ocurre que con los incentivos económicos y sociales adecuados (cursos ad hoc, con premios, por ejemplo).
Parece una tarea titánica. Pero es retrotraer la educación pública de primaria y secundaria a, por ejemplo, el año 1974. Con algún leve aggiornamiento.
Asimismo los niños y jóvenes deben visitar el campo. Aunque sea por excursiones de un día una vez al año.
Lo ideal sería que todo el sistema educativo argentino incluya formación rural. Así como existen escuelas rurales, todas las localidades deberían tener establecimientos ad hoc, para que los niños y adolescentes de las escuelas públicas concurran una vez por semana o cada quince días a recibir educación rural. Que aprendan a cuidar animales y cultivar hortalizas. Complementado con clases teóricas de biología, geografía, suelos y cuidado de medio ambiente.
En la capital podría hacerse un único establecimiento en lo que es hoy el abandonado Parque Indoamericano, al que concurrirían en micros los alumnos de todos los establecimientos metropolitanos, primarios y secundarios.
En cada municipio tener un establecimiento educativo que reciba a todo el alumnado por turnos.
Pero esto es un paso avanzado. Para comenzar, lo que tuvimos nosotros: programas educativos, manuales y docentes educados.
De igual forma hay que promover que los profesionales que defiendan la libertad den clases en el CBC y en las universidades públicas para todas las disciplinas, en particular en la formación de docentes. Al solo objeto de impedir el monopolio de “vivir con lo nuestro” actual. Para inculcar que: la salida de la Argentina está en la exportación, que exportar genera prosperidad, que no se puede exportar si no se importa, que el sector agropecuario es moderno, avanzado, educado y muy dinámico, que existe un mundo allá afuera de las fronteras, que los próceres, paladines de la Libertad, nos hicieron grandes. Enseñar geografía.
Esto sólo será posible si existen incentivos para hacerlo. Los profesionales que se presten deberán tener vocación ya que se enfrentarán a un medio hostil (las Universidades Nacionales, todas, están repletas de paladines de “vivir con lo nuestro”, adherentes y discípulos) que no dejarán lugar a este tipo de profesores que defiendan la Constitución.
Medios de Comunicación: TV, radio, diarios, revistas
Asimismo debe tomarse en serio que la TOTALIDAD de los medios de comunicación está plagada de periodistas, propagandistas y opinólogos que defienden el status quo, esto es, restricciones al comercio internacional y usar el estado para promover la sustitución de importaciones. Además de burradas como la “rentabilidad extraordinaria”, excusas para cargas impositivas confiscatorias.
Se complementa con una Justicia que no defiende a la Constitución Nacional. La CSJN no falló que la carga impositiva del sector rural es confiscatoria y por lo tanto, ilegal.
Tiene infinidad de ramificaciones. Nadie reivindica a Alberdi. Al extremo que en el año 2003, se cumplieron 150 años de nuestra Constitución Nacional y no hubo ningún festejo o reconocimiento por parte del Estado.
Por lo tanto se debe elaborar un plan de difusión de los beneficios de la libertad, la prosperidad que provendrá de la exportación y la defensa de las garantías constitucionales, a que el Estado no intervenga en la vida de cada uno de nosotros, el estilo de vida de la ruralidad y la defensa de una forma de vida.
Pero para ello, debe de haber un plan, y dinero.
Imprescindible para que haya voces que defiendan los intereses de la ruralidad y las ideas de la Libertad en la televisión y radio a la mañana, a la tarde y a la noche, hoy monopolizada por el discurso "proteccionista/industrialista". Los dueños de los canales y radios requerirán dinero a cambio.
Los profesionales que salgan a defender estas ideas también deben ganarse el pan. La producción de programas es costosa. Los espacios televisivos o radiales hay que alquilarlos, etc.
Además deberá seleccionarse y capacitar a esas nuevas personas, para que sepan cubrir esos lugares. Esto implica locutores, periodistas, opinólogos, economistas, abogados. Es armar elencos nuevos en todo el país.
Lo mismo sucede con la prensa escrita. Implica dos tareas: fundar nuevos medios de comunicación por un lado, que pueden tener una aceptación del público dispar, y colocar periodistas y columnistas en los medios hoy instalados. Para lograrlo, también se requerirá dinero.
Deben realizarse tareas de difusión de estas ideas en universidades y locales partidarios. Actualmente todos los partidos tienen una inclinación proteccionista. No es una cuestión partidaria sino intrapartidaria.
Se debe promocionar a aquellos candidatos políticos que defiendan estas ideas y estos intereses. Para ganar las internas en sus respectivos partidos, necesitarán fondeo y apoyatura logística. No sólo anímica, sino informativa.
Para poder defender las ideas deben contarse con estadísticas, series históricas, conocimientos de historia y técnicos. Toda esta información debe estar disponible para que la discusión pública sea fundada en datos comprobables. Preparar esta información y hacerla pública, en forma neutra, necesita de profesionales, a los que hay que pagarles. En resumen, se necesita dinero.
¿Cómo fondearlo? Todos los eslabones de la cadena deberán poner dinero. Las organizaciones gremiales, cooperativas deberán aportar fondos propios y exigirles a los proveedores y comercializadores, quienes sí gastan dinero en publicidad, que condicionen la misma a otorgar espacio a los voceros del sector.
Será vital que quienes comuniquen lo hagan en un lenguaje llano y acorde a la audiencia. Ejemplo práctico, concuerdo con el Lic. Cachanovsky cuando concurre al programa de Roberto García y expone las ventajas de abrir el comercio y exportar. Sin embargo, su lenguaje es incomprensible para el ciudadano de a pie.
Debe graficársele los beneficios de la Libertad a cada ciudadano, cualquiera sea su condición, para que sea imaginable, en su vida diaria, lo que esto puede representar para el bienestar propio y de su familia. Y esto requiere un esfuerzo por parte de quien difunde y comunica. Caso contrario, la audiencia se cierra y deja de escuchar.
Deberán generarse distintos tipos de programas para las distintas audiencias. Edades, género, grupos económicos, profesiones, regiones. Por lo tanto la intervención deberá ser masiva. No alcanza tener un programa en Canal Rural o un programa en Metro de una hora un día a la semana. Significa tener una voz siempre, en todo horario y en todo género. Para discutir, democrática, respetuosa y sólidamente con los omnipresentes representantes del prebendarismo y proteccionismo estatal. Se requiere dinero.
Es una tarea de largo plazo, que involucra a muchas personas y que habrá que llevar adelante con convicción, perseverancia, lucidez, colaboración entre distintos actores del sector rural y dinero.
Espero sus comentarios.

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