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martes, 12 de julio de 2016

Una idea genial

Una idea genial
Versión moderna de la cocina económica.

Con todas las idas y venidas del gobierno con el cambio tarifario, se me ocurrieron propuestas para que, si el gobierno desea, las incorpore. A diferencia de todos los ministros, secretarios, directores y asesores, no le voy a cobrar.


Si la Corte Suprema de la Nación obliga al Estado a subsidiar un servicio, éste puede reglamentar qué cantidades va a subsidiar. Caso contrario sería un subsidio infinito. Ejemplo: ¿Debo subsidiar que el edificio de YPF esté iluminado a giorno toda la noche?
El aumento tarifario estuvo mal implementado. Los que preveíamos que esto iba a suceder, cualquiera fuera el ganador en 2015, pusimos las barbas en remojo. La mayoría de la población que consume servicios públicos (que no olvidemos, es una fracción del total), se fue de vacaciones. Muchos de ellos a Miami o a Brasil.

El gobierno sostenía que Capital y GBA tenía tarifa subsidiada y que era injusto respecto a los pagos en Córdoba o Santa Fe. Entonces, ¿por qué subieron en Córdoba y Santa Fe?
Es incomprensible que no haya un precio por unidad. No se entienden las raras alquimias respecto al gasto anterior. ¿Y si estaba vacía la casa? ¿Y si hice todos los ahorros en el 2015? ¿Y si…? Hay miles de imponderables. Se soluciona con un precio por Kwh, otro por m3 de gas, etc. Si se quiere, dos: uno residencial y otro industrial. Y el punto nodal donde todos se hacen los estúpidos son los impuestos. De 1/3 a ½ de la factura. Con sólo eliminarlos, se puede pasar más tarifa a la población.
Bajar impuestos NUNCA JAMÁS en el País de los Políticos.

Vamos a las propuestas:
-         Cerrar jueves y viernes los ministerios y todas las dependencias administrativas, que no sean hospitales, escuelas o policías. Cerrar a cal y canto los edificios. Si el ministro quiere trabajar que lo haga en su casa y se maneje con email con el malón de asesores.
-         Extender la medida a las provincias. Al menos las que reciben dinero del gobierno, que San Luis haga lo que quiera.
-         Cerrar las dependencias del Estado a las 17 hs. Obligar a apagar la luz, la calefacción central y los aires. Que el personal de maestranza recorra el edificio en cumplimiento de la reglamentación.
Personal de Maestranza en las oficinas de la SIDE,
la mejor escena de "Tiempo de Valientes".

-         Poner lamparitas bajo consumo en el 100% de las dependencias estatales.
-         Decretar la emergencia energética por lo que queda del año 2016. Establecer reglas para las entidades privadas. Si los privados no quieren pagar lo que la energía vale y recurren a la Justicia, el Estado puede limitar el consumo que subsidia. El principio es el siguiente: si la Justicia me obliga a subsidiar el consumo, yo, Estado, puede limitar las cantidades que subsidio y por lo tanto reglamentar el uso de energía. De otras maneras, lo está haciendo todo occidente, los únicos que no lo hicimos fuimos nosotros.
 Así que:
-         Todas esas torres de vidrio y acero imitando Arabia Saudita o Kuala Lampur o los EEUU son propias de países productores de petróleo o de países que gastan fortunas en tener ejércitos que invaden países productores de petróleo. Para el resto, son antieconómicas. Establecer tarifas especiales, con costo total y aún así, reglamentar el consumo. Apagar durante la noche, poner cortinas pesadas en todos los pisos, la limpieza debe iluminar sólo la parte en donde está trabajando, etc.
Acá, en el culo del mundo, creyendo que somos una potencia.
Ahora la Corte Suprema de la Nación nos obliga a que subsidiemos a YPF o Telecom
a tener toda la noche el edificio iluminado.

-         Prohibir las piletas climatizadas durante este invierno. Quien la quiera usar deberá hacer un trámite en la distribuidora de gas aceptando el precio completo.
-         No vender gas como combustible automotriz a privados.
-         Prohibir la iluminación de vidrieras y edificios durante la noche, incluidos los públicos.
-         Apagar el alumbrado público cuando amanece[1].
-          Clases de ahorro de consumo 7x24 en la tele. La gente verdaderamente no sabe cómo ahorrar energía. Occidente hace 20 años que está haciendo una campaña seria y los resultados son progresivos y lentos. Es más, la población viene de 10 años de incentivo al derroche[2]. Burletes, planchar de un tirón, cocinar varias cosas a la vez, evitar el lavavajilla, apagar las luces donde no se está, apagar la cafetera eléctrica cuando se coló el café, etc.
-         No entiendo por qué le pagamos la energía eléctrica a las villas. No lo entiendo. Hay algunas pobrísimas. No es el caso de las de capital federal. El costo de esas personas no paga su productividad. Suena horrible, pero ¿para qué traer gente de otros países que no se paga su sustento? Nunca fue esa la ecuación de la inmigración en la Argentina.
-         Poner ahora en invierno límites a la temperatura fría de los aires acondicionados en lugares públicos (bancos, comercios, reparticiones estatales) para el verano. Reducir los horarios bancarios. Ver si eliminar el viernes como día bancario.
-         Poner límites de consumo por familia, el resto a precio libre. Si alguien tiene fuga, que la arregle, si alguien gasta a lo loco, que lo pague.
-         Mostrar películas extranjeras y que vean cómo la gente está en sus casas en París o Londres o Roma. Para que vean que no es verso.
-         Todas estas restricciones tienen por objeto mostrarle a la población que realmente tenemos un problema serio. No se puede hacer entender la gravedad del problema cuando los negocios parecen arbolitos de navidad y cuando en el verano los comercios tenían el aire a todo lo que da y las puertas abiertas. O cuando el estado gasta alocadamente. La gente piensa que es un impuestazo y no una actualización de tarifas. Y tiene razón.
-         Vender gran parte de las flotas de automóviles de la Nación, Provincias y Municipalidades. Macri compró todo para la ciudad cuando fue intendente. Eso es dinero y combustible (y choferes). A rematar todo y echar a los choferes.
-     Ya que están subsidiando todo, que faciliten que la gente compre generadores solares y cocinas económicas a pagar en 24 cuotas. Y les haga las cuentas de los beneficios. Y se establezcan medidores de ida y vuelta, como en Europa, donde una familia venda a la red los excedentes.
Todo esto es piripipí. El verdadero problema son los impuestos. Y el problema de los impuestos es el gasto público.
El gobierno tendría que haber echado, al menos, toda la gente nombrada irregularmente por el gobierno anterior a partir del 02/01/2015. No lo hizo. Hoy hay miles de personas ganando de $ 30.000 a $ 70.000, pingüinos, trabando al estado, nostalgiosos de sus viajes a Disney y a Cancún, protestando porque les llegaron $ 1.500 de gas y $ 800 de luz. A la calle, que se preocupen de mucho más que eso. Y nosotros nos ahorramos sus sueldos.

Tampoco tiene mucho sentido rasgarse las vestiduras porque le subsidiamos la energía a los hogares cuando le pagamos un precio sostén…a las petroleras.
Por todo el 2016 y tal vez 2017, deben sacarse todos los impuestos de las tarifas. Para las empresas el IVA es neutro, así que ahí no hay baja de recaudación. Pero sí sobre lo que se recauda a las familias. Que ése sea el aporte de la clase política a los pobres contribuyentes.
Informar cuánto sale el gas, la luz, la nafta, el gasoil, cuál es el costo, porque no lo sabemos. Podemos tener idea de un cargamento, a precio internacional, pero no la incidencia en el costo total.
Informar a la población cuánto gasta una hornalla, una estufa, la calefacción central. Educar sobre los medios más eficientes. Que la gente sepa que los edificios con paredes vidriadas son una bestialidad y un monumento al derroche y que tienen ese objeto. La ostentación de poder del SXX reemplazó al mármol y a los arabescos de oro a la hoja de los SXVIII y SXIX por el derroche de energía, en la forma de rascacielos vidriados. Energía para subir y bajar personas y resmas de papel, calefacción en invierno, de la cual gran parte se dispersa, aire acondicionado a 16 °C en verano, del cual, con el mismo destino, enfriar la atmósfera. Es la forma en que los poderosos demuestran cómo queman dólares. Particularmente, me gusta más el edificio del Teatro Colón o del Congreso Nacional. Pero son gustos. Lo cierto es que la Ciudad de Buenos Aires tenía una ordenanza que obligaba a que las ventanas tuvieran celosías y algún genio lo eliminó.
Debemos dejar atrás esta forma de ostentación de poder propia del SXX y prohibirla definitivamente en el país. Deberán inventar nuevas formas simbólicas para exhibir el poder.
Nosotros tenemos la manija versión SXIX.
Nosotros tenemos la manija, versión SXX.

Muchachos del gobierno, tienen mucho que trabajar. Y empezaron con el pie izquierdo. No puede suceder que manden dinero a un gobernador para inicar las obras y éste diga que lo empleó en gastos generales. Y use como excusa el aumento de tarifas. No les puede volver a pasar.
Cierro con Spenglerito:

* * * 





[1] En casa a las 11 hs. de la mañana sigue prendido (“Larreta, a usted le hablo”).
[2] Deben verse dos componentes. Una de las empresas ensambladoras de aires acondicionados en Tierra del Fuego es de De Vido y Cirigliano y la empresa Garbarino es de Cristina Fernández. No es de extrañar que ambos hubieran usado dineros públicos para incentivar la compra de los productos que ofrecían.

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