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miércoles, 5 de julio de 2017

Garavano

El No-ministro de Justicia o el Ministro de la No-Justicia
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Garavano es el actual ministro de Justicia de la Nación.
No se nota.
Pero lo es. Ha logrado pasar desapercibido. De hecho se hizo notar por su ausencia.

Los Años Horribles
“A ellos les dejamos el silencio”.

El gobierno de Fernández fue más que activo en la intervención en la Justicia, en particular en su segundo mandato. Cambió ambos códigos procesales, y más grave aún, el Código Civil y Comercial [1].
Fernández modificó la conformación del Consejo de la Magistratura, intervino en el nombramiento de decenas de jueces y cambió de raíz el Ministerio Público Fiscal que hoy dirige Gils Carbó.
Muchas de sus barrabasadas fueron frenadas por la Corte Suprema de Justicia, pero no todas.
Del nuevo gobierno se esperaba bastante poco: que echara a La Chorra, que introdujera algo de sensatez en nuestra vida cotidiana, que parara la malaria económica y que diera vuelta la intervención brutal del kirchnerismo en la Justicia [2].
El nuevo ministro de Justicia tenía como gran desafío empezar a deshacer los desaciertos del gobierno de Fernández. Echar a la gente que es flagrantemente inepta o corrupta, empezar a dar grandes directivas de qué se espera de la Justicia, no postular como jueces a la gente horrible que los kirchneristas habían ternado, y echar a Gils Carbó.
Nada de eso hizo Garavano. Muy por el contrario.
De isquierda a derecha,
Sánchez Sorondo, Bergoglio y Vera.
Ni siquiera empezó la investigación por el asesinato de Nisman. Los corruptos están libres, todos. Y los jueces y fiscales viven viajando al Vaticano a lamer a Sánchez Sorondo (ser tétrico si los hay, parece escapado de una novela de Anatole France) y a Bergoglio. Es una burla del status quo a todos nosotros.
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Sánchez Sorondo.
Status quo = Justicia Legítima + Vaticano.
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Jueces argentinos con Bergoglio. La viva imagen de la ignominia.
Julio Argentino Roca debe estar retorciéndose en su tumba.

Bergoglio estableció un ministerio de justicia paralelo, relegando a Garavano a la insignificancia [3].
Garavano dejó hacer, como hizo toda la vida. Era muy fácil cortarle las alas a Bergoglio. El Poder Ejecutivo Nacional tiene el monopolio de las Relaciones Exteriores, con supervisión del Poder Legislativo y cero injerencia del Poder Judicial. Nada tiene que hacer un juez en el exterior. Y mucho menos ausentarse de su oficina en una jornada laboral. Alguien les da permiso para peregrinar fuera de la fecha de feria. Y eso lo puede frenar el Ministerio de Justicia, lo que no ha hecho.
Macri eligió como ministro a Germán Garavano. No sé si lo hizo para llevar a cabo una agenda de normalización de la Justicia o para hacer exactamente lo que está haciendo, esto es, ser funcional, cuando no servil, a los intereses de Cristina Fernández y su banda, de los narcotraficantes, y de toda la progresía que alienta el abolicionismo.

Germán Garavano
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Se recibió de abogado en la UCA. No dice en su CV en qué colegio secundario se graduó. Hizo carrera judicial por años hasta llegar a juez municipal de contravenciones y penal de la Ciudad. Fue Fiscal General (Jefe de todos los fiscales) de la Ciudad desde el año 2007 al 2012.
Durante su dirección entró en todos y cada uno de los clishés progres que uno pueda pensar: “acercar la fiscalía a los vecinos”, se ocupó del tema de violencia doméstica (a la que, por supuesto, denomina “de género”, como si el tipo violento no pegara a la señora, a la nonna y a los niños por igual). No resolvió el tema de fondo - no podría hacerse sólo desde la Justicia -, pero sí armó fiscalías especializadas y la gente que trabaja en esas áreas le pone ganas.
Garavano exhibe en su CV numerosos cursos en Inglaterra sobre justicia vecinal y escribió sobre el tema. Nada de eso, obviamente, se aplicó, como lo demuestra el asesinato de Flores. Porque todo ese cuentito progre es para eso, para hacer que se hace, gastar plata, contratar gente, y que los narcos sigan siendo los dueños del territorio.
No logró que el sistema de la ciudad, que es de acusación, trabaje.
Hizo lo que hace el PRO siempre: triplicó los empleados heredados de Telerman, gastó fortunas en sistemas y en computadoras, porque asocian eficiencia a servicio informático (¿de dónde lo habrán sacado?) y no hizo absolutamente nada para bajar ni el índice de criminalidad, ni siquiera las contravenciones (como vender cosas en la vereda o en las plazas o los trapitos o las casas tomadas), ni bajó la cantidad de prostíbulos, ni nada. En resumen, nada, excepto gastar millones de millones.
Y repetir en todo momento -cual mantra- el pensamiento dominante en la Facultad de Derecho y en los medios de comunicación y en lo que luego fue Justicia Legítima. Garavano es un adalid del pensamiento dominante, adorador del Santo Zaffaroni, protector de los proxenetas, y se acobarda a cuanto embate progre hay, porque pertenece a su grey y no quiere ser excluído.
Queda claro que es un tipo acomodaticio con el status quo por el que siente pavor reverencial. Jamás lo va a desafiar. No lo hizo de Fiscal General de la Ciudad, ni siquiera para correr trapitos o manteros, no lo va a hacer ahora. Una combinación peligrosa, una persona con sed de poder pero sin ánimo de cambiar la realidad. El poder sin objetivo, el poder per se.
Un hombre sin back-bone, servil a sus dueños, quienes estos sean.
En los hechos, funcional a Cristina Fernández y su banda.

Usurpaciones
Código Penal
Usurpación
ARTÍCULO 181.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años:
1º el que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes;
2º el que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o límites del mismo;
3º el que, con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.
(Artículo sustituido por art. 2° Ley N° 24.454 B.O. 7/3/1995)

A partir de febrero 2008, por Ley Nacional Nº 26.357 el delito de usurpación pasa a ser de competencia de la Ciudad.
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El delito de usurpación fue traspasado a la competencia de Garavano prácticamente al inicio de su gestión.
Me quiero detener en este delito en particular porque es mucho más grave de lo que a primera vista pueda parecer.
Los usurpadores, generalmente, no son agentes anárquicos, que viven en la calle y se meten en una casa. Son organizaciones, dirigidas por locales (argentinos) que usan, en la mayoría de los casos, a extranjeros, preferentemente peruanos. ¿Por qué extranjeros? No sé. Tal vez sean más vulnerables a los aprietes del capanga local.
El punto es que se instalan y a partir de ese momento se inician una serie de fenómenos que más o menos transcurren por los mismos carriles. Esto quiere decir que, dada la frecuencia del delito, ya sabemos todos más o menos qué esperar. Los contratados para usurpar deben cumplir varios requisitos, el principal de ellos es tener varias mujeres y niños, si son muy chiquitos, mejor. Constituyen el escudo humano para frenar a fiscales y jueces. Una vez que saben que no los van a sacar, se dedican, por lo general a la venta minorista de drogas. Un mercado competitivo, que va al barrio del cliente. Para que el drogón no tenga que ir a la villa (enclave liberado fuera de la soberanía de la Constitución Argentina).
Como tareas complementarias, todo tipo de lumpenaje: trapitos, chorros, manteros en menor medida. Tener una casa tomada en la cuadra es un peligro para el resto de los vecinos [4].
Hay barrios enteros donde hay una o dos casas usurpadas por manzana. Los usurpadores, con más info aún que la policía, tienen relevadas todas las casas, los horarios de la familias, etc. El mejor sistema de información de la ciudad.
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Luego hay tres futuros posibles: que no pase nada y que los tipos - con población mutante - se quede ahí por décadas [5], que aparezca un abogado que le ofrezca una bicoca al propietario, o, una nueva modalidad delictiva, que el estado confisque la propiedad, le pague precio pleno al usurpado, le regale la propiedad a los usurpadores y luego, rápidamente, estos se la venden a sus patrones. Estos, rápidamente, la ponen en manos de un desarrollador inmobiliario para que haga una conejera de ocho pisos [6].
Las casas tomadas son funcionales con el narcogobierno, el proxenetismo y la reducción de contrabando y de botín de los piratas del asfalto. Todos delitos aprohijados por la Justicia, en su cruzada de enaltecimiento del lumpen.
Todo este negocio, millonario, es el que no tocó Garavano. Fue funcional a los poderosos - a los delincuentes poderosos - en todo momento.
Ni hablar de correr a los usurpadores de los terrenos fiscales, donde radican las villas que absorbieron a 380.000 nuevos residentes durante el gobierno de Macri.
Porque, ya lo hemos dicho, Garavano nunca toca el status quo.
De todas las cosas que no hizo ni él ni su sucesor Martín Ocampo, tal vez la que más haya afectado la calidad de vida de los porteños, es la tolerancia explícita a las usurpaciones.
Esa cobardía o negligencia o connivencia de Garavano nos cuesta a los porteños en paz, en patrimonio y, a veces, en vida [7].


Unidos por la Justicia
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¿Quién apadrina a Garavano?
Garavano integra una asociación que se denomina “Unidos por la Justicia Asociación Civil”. Es un trampolín para ambiciosos y arribistas.
Unidos por la Justicia mantiene fuertes lazos con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y con el Foreign Office.
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Proyectos de Unidos por La Justicia y sus financiadores.


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Más financiadores de la Asociación Civil integrada por Jueces y Fiscales.

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Más financiadores de la Asociación Civil integrada por Jueces y Fiscales.

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Garavano y Ferrari. Un largo camino en sólo 12 añitos.
Uno de sus fundadores (2003) fue Francisco De Narváez, si bien escondió un poco su nombre (Francisco Narváez Steuer). Otros integrantes son Gustavo Ferrari, Natalia Gambaro (actual presidente del RENAR -ANMAC- y subordinada de Garavano) y una serie de Jueces y Fiscales de la Nación, de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad.
Socios año 2010.

A su inicio Unidos por la Justicia tenía como domicilio legal un edificio de oficinas propiedad de De Narváez en Las Cañitas, donde convivía con la Fundación Pensar y con varias empresas de sistemas que proveían al gobierno de la Ciudad. Curiosidades.
Hay que agregar algunas peculiaridades, como que esta asociación vendía servicios a la Ciudad (tal como consta en sus balances), y que la asociación le debía dinero por servicios prestados a un juez de la ciudad (como consta en sus balances).
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Ingresos de Unidos por la Justicia
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Los ingresos de 2008 fueron más de medio millón de pesos. El balance no dice quién puso el dinero, excepto que no lo pusieron los socios. Los únicos nombres que constan, en créditos, son de aquellos que quedaron debiendo dinero a final del ejercicio: La embajada británica, el poder ejecutivo de la Ciudad, la fundación Adenauer.

¿Cuál es el objeto de Unidos por la Justicia?
Lo estipula su objeto social:
Estatuto (al menos hasta el año 2010):
Artículo   2° .- El fin esencial de la entidad que se constituye reside en crear el espacio propicio para la discusión e intercambio de ideas entre los asociados sobre los cambios necesarios en el sistema judicial para transformarla en más accesible, económica, ágil y eficiente; para elevar los niveles de seguridad jurídica y afianzar el estado de derecho...En miras a este objeto podrá:
...
f) promover la designación de uno o más de sus integrantes para que desempeñen cargos ejecutivos en la función pública.

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Patricia Bullrich, Germán Garavano y Natalia Gambaro.
Si ése era el objetivo, lo han hecho bastante bien, en sólo 12 años pusieron al Ministro de Justicia de la Nación, al Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires (éste último fue funcionario de Scioli, porque, como bien dice su estatuto, el objetivo es cubrir cargos públicos, no importe con quien) y a la señorita a cargo de desarmar a los ciudadanos, doña Natalia Gambaro.
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Este estatuto jamás debió ser aprobado por la IGJ [8], toda vez que tiene un objetivo de logia - me hace acordar a Alberto Sordi en Un burgués pequeño, pequeño -. Si el objeto de una sociedad de ciudadanos es postularse para gobernar, debe conformar un partido político y sujetarse a las reglamentaciones pertinentes. En ese caso los jueces y fiscales no podrían formar parte de ella.
Considerando que la IGJ está subordinada a Garavano no creo que hoy, tardíamente, lo rechacen u obliguen a su modificación.
Un sincericidio.


Garavano como Ministro de Justicia

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Apenas asumió Garavano dejó en claro que era amigo de Gils Carbó.


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Garavano no movió a ninguna de las personas que nos agraviaron en estos último años, a los que encubrieron el asesinato de Nisman o encubrieron la Traición a la Patria cristalizada en la firma del Tratado con Irán.
Dejó que se burlaran en sus barbas (y en las nuestras) armando un Ministerio de Justicia paralelo en el Vaticano, armando jornadas, visitas - ya ni sabemos cuántas veces fue Lorenzetti - y, básicamente, determinando la agenda de la Justicia de la Nación.
Casanello, Sánchez Sorondo y Rafecas.
El rol desdibujado de Garavano lo asumieron Bergoglio y Sánchez Sorondo. La sumisión de Garavano es ¿porque es un pusilánime o porque cree, sinceramente, que Bergoglio es su superior jerárquico, como egresado de la UCA? No lo sé. En cualquier de los casos no le sirve al país, ni al presidente, ni a nosotros.
Retrocedió ante cualquier pechazo, aún el más leve. Lo corren con la vaina. Alguna ignota organización internacional dice que hay que liberar a Milagro Sala, sale Garavano a decir que él cree que hay que liberarla. Los progres protestan por el 2x1 porque ven que se les acaba el curro de todos los plus y honorarios a la querella y los viáticos a jueces y testigos de los “lesa”, y sale Garavano a decirles que no, que se queden tranquilos, que el curro no se corta.
Nombra gente en la ESMA y resultan más cachivaches que los lúmpenes anteriores. Todos ladri prontuariados.
Todavía estamos esperando el listado de los que cobraron indemnizaciones por DDHH, para ver si conocemos a alguno y podemos impugnarlo. Pero no. No lo hizo, no lo va a hacer. En caso de que hubiera fraude, él ya es cómplice por encubrimiento.

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La bella Gambaro, socia fundadora de Unidos por la Justicia.
Sí se ocupó de cuanta gansada progre ronde, como por ejemplo poner a la bella Gambaro a sacarles las armas a los hombres decentes, para que sólo las posean los delincuentes y las fuerzas de seguridad.
Como perlas de gestión, hizo ingresar a su ministerio a Falbo, postuló para juez a un tipo acusado de violador, que el Senado se vio en la obligación de desairar al presidente y rechazarlo, generó tribunales orales nuevos, por lo cual Gils Carbó pondrá fiscales a su entero arbitrio, postuló a jueces preseleccionados por un Consejo de la Magistratura kirchnerista, no desagravió a Rodríguez Varela, puso a un juez de instrucción al frente de un juzgado federal, lo que está estrictamente prohibido y, en todo, trató de estar a tono con Justicia Legítima y con los progres y con Bergoglio. Así estos siguen con su gran negocio que es currar a los narcotraficantes (en la justicia federal) y a los criminales comunes (en la justicia ordinaria). Y la familia judicial feliz.


Gustave Doré.

Y todos aquellos que anduvieron peleando solos contra los K en estos 12 años de infamia, siguen como antes, más solos que Margaret Thatcher en Cosquín, con un agravante, ahora ni siquiera tienen la esperanza de que un cambio de gobierno torne las tablas.
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A esta altura del partido, más que un representante del presidente ante la familia judicial, Garavano es una quinta columna dentro del gobierno electo por el pueblo.
Se ha dedicado, sistemáticamente, a boicotear nuestro deseo, y exigencia, de tener Justicia.
* * *

   

* * *
[1] Un engendro socialista, junto a regalos de tierras fiscales a terratenientes. Rara mezcla.
[2] La Justicia Argentina es muy injusta. Nos cuesta muertes todos los días (muertes de los que no pertenecemos a la élite que gobierna, que está rodeada de custodios), nos cuesta en nuestro patrimonio (robos diarios, desde el celular a que nos vacíen la casa), hay enclaves donde la Constitución Nacional no rige, y en los hechos, robar al estado no es delito. A lo que debemos agregar una abulia y parsimonia frente a los narcos propia de un narcogobierno del cual la Justicia es parte esencial e imprescindible. Si la Justicia no fuera cómplice de los narcos, como es (aquí y aquí) no tendrían parte de nuestro territorio tomado (ENCLAVE).
Todo esto lo escribí oportunamente:
No existe república si no existen los tres poderes. Hace mucho, mucho, que somos una mesa de dos patas, y no de tres. No es posible república con estos jueces y estos fiscales. El problema no son tanto las leyes, como las personas que ejercen: vagos, corruptos, soberbios, absolutamente desconectados del popolo basso, a un grado psicótico, de la situación de quienes acuden a pedir justicia, cuando es un derecho constitucional.
[3] Los peregrinajes de jueces y fiscales al Vaticano están mal en todo sentido. Porque la Iglesia se inmiscuye en forma inadmisible en la administración de la cosa pública, porque el Vaticano establece agenda y frena o acelera causas judiciales. Porque protege a “sus” jueces. Agravado por el hecho de que funcionarios públicos se entrevistan directamente con un jefe de Estado extranjero. ¿Qué diríamos si Servini de Cubría o Lijo se entrevistaran con Theresa May, por ejemplo?
[4] Hace un par de años mataron a un muchacho que iba de su casa a la esquina a comprar cerveza, sólo para robarle el efectivo que tenía encima. Esa es la rifa que todos tenemos sobre nuestras cabezas.
[5] Como la casa tomada al lado del edificio donde vivía Rawson.
[6] Aparentemente el gestor de esta nueva modalidad, en la Capital, es gerenciada por Vera.
[7] Garavano escribió artículos y libros sobre la justicia vecinal y de comunidad, hizo numerosos viajes a Inglaterra y miró cómo otros administran justicia a los vecinos. Se ufanó de haberlo implementado en la ciudad, lo que no es cierto. En primer lugar, porque los jueces de la ciudad nos hacen saber en toda oportunidad que los vecinos les molestamos. En segundo lugar, porque no solucionan nada.
Quiero destacar acá que la Constitución de la Ciudad prevé Juzgados Vecinales, que Garavano, a pesar de sus encendidos autoelogios y chamuyo, no implementó:
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires - Cláusula Transitoria N° 12
Inciso 5.- La Legislatura creará los Tribunales de Vecindad en cada Comuna, que estarán integrados por tres jueces, no pudiendo ser todos del mismo sexo. Sin perjuicio de la competencia que la ley determine, deberá entender en materias de vecindad, medianería, propiedad horizontal, locaciones, cuestiones civiles y comerciales hasta el monto que la ley establezca, prevención en materia de violencia familiar y protección de personas. El funcionamiento de estos Tribunales queda sujeto al acuerdo que el Jefe de Gobierno celebrará con el Gobierno Nacional, con el objeto de transferir las competencias y partidas presupuestarias que correspondan. La Justicia Contravencional y de Faltas será competente para conocer en el juzgamiento de todas las contravenciones tipificadas en leyes nacionales y otras normas aplicables en el ámbito local, cesando toda competencia jurisdiccional que las normas vigentes asignen a cualquier otra autoridad. Se limitará a la aplicación de las normas vigentes en materia contravencional, conforme a los principios y garantías de fondo y procesales establecidos en la Constitución Nacional y en esta Constitución, en la medida en que sean compatibles con los mismos. La primera Legislatura de la Ciudad, dentro de los tres meses de constituida, sancionará un Código Contravencional que contenga las disposiciones de fondo en la materia y las procesales de ésta y de faltas, con estricta observancia de los principios consagrados en la Constitución Nacional, los instrumentos mencionados en el inciso 22 del artículo 75 de la misma y en el presente texto. Sancionado dicho Código o vencido el plazo fijado, que es improrrogable, todas las normas contravencionales quedarán derogadas.

[8] Por ley 22.315, Resolución 7/05, la IGJ debe revisar que los estatutos se ajusten a la ley. Éste debió ser rechazado y eventualmente obligar a la conformación de un partido político. En ese caso los jueces y fiscales no podrían ser afiliados (socios).



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